Un numeroso grupo de vecinos se concentró en Avenida 39 y Magnasco para exigir respuestas a los reclamos por las falencias en la distribución de la garrafa social. Organizaciones sindicales y políticas acompañaron el pedido que tuvo entre sus objetivos que haya más puntos de venta, que se aplique un precio garantizado a 54 pesos, que haya atención los días sábado, que vuelva la distribución en los barrios y por la instalación de más ventanillas de entrega.
En Magnasco y Av. 39 se suspendió la entrega, hace diez días, lo que generó en los vecinos más complicaciones de las que ya padecían. “Hace meses venimos pidiendo que se solucione el tema de la garrafa. Los vecinos quedan como rehenes de los precios de las garrafas en los barrios”, señaló la concejal Marina Santoro. “Más de la mitad de la población de Mar del Plata depende del gas envasado”, agregó. Desde el lugar de la protesta, la edil contó que “Nos atendieron pero no hubo respuestas”.
La semana pasada, por iniciativa de la concejal Marina Santoro, se presentó una denuncia al Ministerio de Energía de la Nación por el incumplimiento en la venta de garrafas en General Pueyrredón. “Lamentablemente, no se cumple con expendio de envases y la autoridad de aplicación (Secretaría de Recursos Hidrocarburíferos) no se hace responsable. Esta inacción tiene responsables directos: la Secretaria y el Ministro de Energía, y genera un perjuicio directo a los consumidores y beneficiarios del programa que no tienen acceso a un servicio elemental en pleno invierno”, argumentó la edil del Frente para la Victoria.
Por su parte, el intendente Carlos Arroyo le envió una carta dirigida al Ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, mediante la cual le solicitó contar con más puntos de ventas de garrafas sociales en los barrios de Mar del Plata y Batán.
La problemática de la garrafa social no afecta sólo a Mar del Plata. Por eso, el diputado nacional Federico Masso presentó en los últimos días un proyecto para que se declare al gas de garrafa (GLP) como servicio público.
Según el proyecto presentado, la cantidad de hogares que dependen de uso del mencionado fluido se estima en cuatro millones y medio según el censo 2010. Ochocientos mil hogares más que en el año 2001.
Fuente: laopinionmdp.com.ar
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