A su paso por Mar del Plata, Juan Carlos Vargas, especialista en cambio climático del BID, destacó que el trabajo emprendido por la entidad para lanzar el Plan de Acción en General Pueyrredon puede servir para “rectificar el camino” y así pensar en “una ciudad muy sostenible”
Como si el destino lo hubiera marcado, horas después del histórico temporal de granizo que afectó a la ciudad, se desarrolló este lunes una nueva reunión en el marco del programa “Ciudades emergentes y sostenibles” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la que se trató el tema del cambio climático. Estuvieron presentes representantes del BID y entre ellos el técnico especialista en cambio climático contratado por esa entidad, Juan Carlos Vargas.
El trabajo que está realizando en la ciudad la misión del BID sobre el cambio climático presentará sus conclusiones en un documento general que se expondrá el 20 de marzo con la presencia del presidente del BID, Luis Alberto Moreno. Ese día se producirá el lanzamiento del Plan de Acción del programa para Mar del Plata. Esta reunión realizada este lunes fue la última previa a esa presentación.
Juan Carlos Vargas, en diálogo con El Atlántico, aseguró que es necesario poner la atención en la infraestructura y en los condicionantes socio-económicos porque sobre ellos, naturalmente, se pude tener un mayor control que sobre el clima. Una de sus teorías es que lo que llovía antes en Mar del Plata ya no se dará de esa forma sino que habrá menos lluvias pero más intensas.
Según explicó, si se toman las medidas correctas se puede “rectificar el camino” para pensar en “una ciudad muy sostenible”. “Tenemos la impresión de que estamos a tiempo”, expresó.
El estudio sobre el cambio climático y el impacto que puede tener sobre Mar del Plata se lleva a cabo desde hace más de dos meses y se basa en tres tipos de estudios técnicos para apoyar la toma de decisiones a futuro.
El primero es un estudio de amenaza, riesgo y vulnerabilidad a los efectos naturales y al cambio climático específicamente. Siempre ha habido marejadas y lluvias, pero con el cambio climático se va a exacerbar el problema. Por eso es uno de los temas que estamos estudiando. El segundo tema es de huella urbana y crecimiento de la ciudad. Y en ese sentido específicamente tratamos de entender dos escenarios particulares para Mar del Plata: uno tendencial, es decir, qué pasa si no hacemos los cambios que queremos hacer y qué pasa si se dan una serie de cambios que nos permiten una ciudad más sostenible. Y el tercer componente es cómo Mar del Plata contribuye globalmente a las emisiones de gases de efecto tipo invernadero. Es ese sentido se está haciendo un inventario de gases de tipo invernadero y se está realizando un estudio de calidad de aire y una serie de estrategias de mitigación para ver cómo bajamos esa cantidad de gases.
- ¿Qué visión tiene de Mar del Plata a partir de estos análisis?
- Tenemos la impresión de que estamos a tiempo. A veces se llega a una ciudad un poco tarde, cuando llega a unos patrones de crecimiento, patrones de amenazas que son muy difíciles de revertir. Estamos llegando a una intersección muy importante donde si tomamos las medidas que se deben, podemos rectificar un camino y podemos pensar en una ciudad muy sostenible para todos los marplatenses.
- ¿Qué acciones dan sustento al análisis?
- El Banco está haciendo un esfuerzo significativo y la ciudad también para tratar de mantener un integralidad de todos los estudios. Hay muchos estudios que se están realizando en este momento. Se ha hecho un taller de validación, consulta popular, estudios energéticos, de corte técnico de cambio climático y urbanismo. Ahora, justamente, estamos en proceso de ver cómo integramos todo para que se logre que el producto sea más que la unión de todas las partes.
- ¿Cuál ve que es la respuesta de la sociedad ante estos temas?
- Creo que la sociedad tiene un alto nivel de interés en estos temas. El día de ayer (por el domingo) hubo una granizada que hemos tenido 30 años sin ver. Esto es un caso demostrativo para indicar que eventos extremos comenzarán a ocurrir, y hasta ya comenzaron hace algunos años a ocurrir, en forma más frecuente y necesitamos prepararnos adecuadamente. Y para eso necesitamos conocer la naturaleza de esos eventos, ver cuál es su período de recurrencia, su período de retorno. Esos procesos son parte de lo que estamos estudiando, viendo qué cambios de infraestructura hay que realizar, qué cambios a nivel de política pública de ocupación del suelo necesitamos tener. Creo que cuando la gente sale a cubrir su carro, cuando la gente dice que esto está cambiando, inevitablemente está aceptando que hay cambios que se están dando y que hay preparase adecuadamente.
-¿Esos eventos extremos son atribuibles únicamente a comportamientos de la sociedad?
-El cambio climático es un problema global y, por supuesto, hay una forma no tan sostenible en que todos contribuimos a los gases, cuando manejamos, con los aires acondicionados, las emisiones agrícolas: todo ello llega a afectar. Sin embargo, lo que ocurre no es sólo producto de lo que estamos contribuyendo con esta conducta. Lo importante es que para entender el cambio climático necesitamos entender que hay eventos que nos exponen a él porque tenemos una forma de vida, una serie de infraestructuras y condicionantes socio-económicos que nos exponen. Y sobre ellas podemos tener mucho más control que sobre el clima.
- Muchas veces se presentan posiciones extremas como soluciones…
- El cambio climático tiende a elevar sentimientos de fatalistas muchas veces. La realidad es que el mundo ha vivido un cambio climático, simplemente ahora se está acelerando muchísimo más. La clave es enfocarse, como nosotros estamos haciendo, en cuáles son las probabilidades de que esos eventos ocurran. No vamos a hablar de que toda la ciudad se inunda…Lo que vamos a abordar es qué parte puntual de la ciudad se está inundando, qué probabilidad de inundación existe, de inundación costera, de erosión, y ver contra qué infraestructura se está enfrentando. Y basados en esa probabilidad hacer una mejor definición de las acciones.
Redacción El Atlántico
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