El diario Clarín y sus múltiples medios están difundiendo que Marcela y Felipe no son hijos de desaparecidos, lo cual es una verdadera mentira. Por lo contrario, los padres de ambos siguen desaparecidos. Porque si bien un "desaparecido" en la Argentina es una persona con una identidad precisa buscada por familiares, en este caso los cuatro padres biológicos de los hijos adoptivos de Ernestina si bien no tienen una identidad precisa —por todas las irregularidades cometidas en la adopción de los niños— son cuatro personas que desaparecieron en 1976 y es fundamental saber si estas coinciden con desaparecidos buscados durante décadas por sus familiares.
Por esto no hay ninguna duda de que los padres biológicos de los hijos de Ernestina Herrera de Noble siguen desaparecidos. De hecho tanto los progenitores de Marcela como los de Felipe aún no han sido identificados. La misma dueña del Grupo Clarín fue quien manifestó que muchas veces había hablado con sus hijos "sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal". Lo expresó en una carta a sus herederos publicada en el diario Clarín, el 12 de enero de 2003. Este sólo planteó obliga a los organismos de Derechos Humanos, al Estado y a toda la sociedad a identificar indudablemente a los padres biológicos de Marcela y Felipe.
Durante muchos años, la señora Herrera Noble poco ha colaborado para que se identifique a sus hijos. Por lo contrario, desde un comienzo ambas adopciones están plagadas de irregularidades, mentiras y falsa documentación. La época de la adopción era propicia para la apropiación de hijos de desaparecidos y la misma Ofelia Hejt, la jueza de San Isidro, fue quien entregó —además de Marcela y Felipe— al menos a un hijo de desaparecidos a otra familia.
Todo estas falsedades llevó a que el juez Roberto Marquevich ordenara la detención de la dueña de Clarín en diciembre del 2002. Durante muchos años, ella y sus herederos se negaron a entregar muestras de ADN para poder ser cotejadas con las del Banco Nacional de Datos Genéticos. Esta estrategia cambió misteriosamente, cuando el abogado de Ernestina, Gabriel Cavallo, decidió dar un vuelco en la causa y Marcela y Felipe se presentaron pormotus propio a entregar las muestras de ADN.
Hoy, este mismo abogado está pidiendo que se cierre la causa, porque no hay coincidencias con los datos que existen en el Banco. Sin embargo, los padres biológicos de ambos niños siguen desaparecidos: los datos entregados por la señora Herrera Noble eran falsos.
Las identidades de Marcela y de Felipe son como la de cualquier niño nacido en los años de apropiación ilegal ejecutada por la dictadura genocida, con la cual el diario Clarín estableció una sociedad comercial y se convirtió en los voceros políticos de los militares. A pesar de lo que sostiene desde las páginas de sus diarios y en sus centenares de medios audiovisuales, el año de la adopción, los documentos fraguados, los falsos testimonios, la desaparición de los familiares biológicos de Marcela y de Felipe no dejan dudas de la condición clandestina del trámite. Sin embargo, el delito cometido por Ernestina Herrera de Noble puede haber prescripto. Por esto la aparición de estas cuatro personas es fundamental para aclarar si se trata (o no) de un delito de lesa humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario