Cabe recordar que las tareas de reparación de los frentes -que son completamente de madera- conllevan una labor prácticamente artesanal, ya que los trozos que deben reemplazarse según el estado en el que se encuentren son reproducidos individualmente a través del taller de carpintería, así como la preparación del color de las paredes implicó una investigación y desarrollo específico por tratarse de una pintura propia de la época en que Victoria Ocampo la hizo pintar cuando heredó la casona.
Por medio del dedicado trabajo de la Asociación Amigos de este espacio cultural, y especialmente del Arquitecto Horacio Goyeneche, a cargo de supervisar las tareas, toda la obra de puesta en valor lleva ya dos años y continúa sostenidamente con el fin de lograr una recuperación integral de este importante ícono patrimonial con que cuenta la ciudad.
Se trata de una propiedad que tiene 109 años y es uno de los pocos bienes patrimoniales que tiene la ciudad que son totalmente de madera, lo que impone cierta vulnerabilidad para implementar los trabajos que hacen falta ya que, por ejemplo, no se pueden apoyar andamios en la estructura.
Por ello, el Municipio gestionó el uso de una hidroelevadora del EMVIAL, que permite aproximarse a las paredes externas tanto para realizar un diagnóstico minucioso como para la pintura artesanal que se requiere, sin poner en riesgo la estabilidad de la estructura y evitando los accidentes y relieves propios del diseño arquitectónico de la casa.
Fuente: Diario El Atlántico
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