El barbijo y el alcohol en gel se transformaron en dos elementos indispensables de la vida en pandemia para todas las personas. Y los dispositivos sanitizantes a la par de los termómetros infrarrojos digitales se impusieron en la cotidianeidad de comercios y organismos públicos para la aplicación de los protocolos para evitar la propagación del coronavirus.
Y en una muestra de imprudencia, más aún en medio del rebrote (¿o segundo brote?) en Argentina, que en estas horas lleva a la posibilidad de un toque de queda, en el acceso al Palacio Municipal dejaron de tomar la temperatura corporal luego que el termómetro se rompiera a comienzos de la semana.
La situación preocupa a quienes desempeñan labores como también a los ocasionales visitantes, quienes con incredulidad ven como ya no se puede detectar la fiebre, uno de los principales síntomas de los pacientes contagiados.
Las miradas apuntan al secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, el máximo responsable de los controles en el Palacio, en un inconveniente que se podría resolver con algo más de $2 mil, el precio al que los termómetros se comercializan en las más reconocidas páginas de venta online.
Fuente: La Tecla Mar del Plata
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