Con el objetivo de fomentar la lectura y la escritura creativa entre las personas privadas de la libertad se lanzó en las últimas horas un taller literario en la cárcel de mujeres de Batán, del que participarán 16 mujeres privadas de libertad.
La iniciativa cultural tendrá lugar en el pabellón N° 1 de la Unidad 50 del Servicio Penitenciario Bonaerense y se desarrollará a través de encuentros virtuales con una docente coordinadora.
El taller estará a cargo de la docente Guadalupe Briccolani, quien es abogada recibida de la UBA y que cuenta con formación en la Escuela de Escritura y Oralidad: Casa de Letras (Carrera de Escritura Narrativa) y tiene en su haber el Premio a la Excelencia Académica “Ricardo Monner Sans” en Literatura y Castellano otorgado por el Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA).
La inauguración se realizó por medio de la plataforma Cisco Webex y contó con la presencia del Jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), Xavier Areses; la asesora del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Julia Lescano, la Directora del Departamento Cultura del SPB, Gabriela Ríos, el Juez del TOC 7 de Lomas de Zamora, Roberto Conti; el Director de Unidad 50, Esteban Fraga, la coordinadora de educación del penal, Mariela Báez, Briccolani, y Marcela Altamirano y Larisa Zerbino, integrantes de la Asociación de Pensamiento Penal, además de las privadas de libertad.
La propuesta cultural consta de entregas de material escrito y encuentros semanales vía zoom, donde las mujeres que participan podrán presentar producciones y obtener devoluciones.
“El norte del proyecto es valorizar la biblioteca del penal e iniciar a las participantes en el ejercicio práctico del uso cotidiano de la misma, como así también fomentar la escritura creativa, convirtiéndolas, gradualmente, en lectoras y escritoras sensibles y críticas”, explicó Areses.
“Como es sabido -continuó Areses- la lectura frecuente contribuye al desarrollo del vocabulario, a la adquisición de conocimientos y la orientación en la escritura. Esto proporcionará a las participantes la oportunidad de descubrir y explorar nuevos mundos y ampliar sus horizontes, sabiendo que la biblioteca es un valioso recurso, y una herramienta esencial en la construcción de un futuro mejor”.
De acuerdo a lo que se indicó en la ceremonia de lanzamiento, este proyecto busca además de enriquecer el lenguaje hablado y la imaginación a través de la literatura, lograr la incorporación de hábitos fundamentales para la utilización y manejo de libros y fomentar la escritura como actividad recreativa, inclusiva y educacional.
La estructura del taller se basa en tres ejes principales que son el proceso creativo, la lectura de diversos textos literarios y la escritura. Para ello la docente cada semana enviará un cuento para que lean y una propuesta de alguna consigna de escritura relacionada con el texto de lectura. Junto con el texto de lectura, adjuntará una breve reseña del autor/a para que las lectoras conozcan y se acerquen a las diversas obras existentes. Las consignas, funcionarán a su vez como disparadores creativos para que a partir de ahí, se empiecen a generar textos propios.
El juez Conti es un magistrado que impulsa este tipo de actividades en diversos penales de la Provincia. Él indicó que “la literatura aporta muchísimo al proceso de la liberación mental. Y en estos tiempos de suma preocupación por la pandemia es vital que las personas detenidas puedan desarrollar conocimientos y recibir contención con actividades artísticas y culturales”.
Conti explicó que “en los encuentros virtuales se realizará una puesta en común con la socialización de los textos de producción propia para poder avanzar como grupo y conversar con las compañeras de taller sobre el efecto que un texto literario produce en ellas, y comentar con otras internas lo que se ha escuchado e intercambiar opiniones”.
De esta manera se siguen sumando experiencias literarias en el ámbito de las cárceles bonaerenses. Ya funcionan pabellones literarios en las Unidades 18 Gorina, 30 General Alvear y 32 Florencio Varela. Mientras que todas las dependencias penitenciarias ya cuentan con sus bibliotecas.
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