El poeta y periodista Juan Rapacioli explora en su libro "Vidrio" una serie de variantes para repensar las posibilidades de la poesía cuando se disocia de lo confesional y se abre a las variantes de la ficción.
La identidad poética de Juan Rapacioli está configurada por un entretejido de lenguajes y experiencias que cruzan el cine de David Lynch y Stanley Kubrick con la reapropiación de esa estética cinematográfica que ha hecho la TV a través de series como "Handmaid's Tale" o la última temporada de "Twin Peaks" y, finalmente, el tramado urgente del oficio periodístico, "una forma de mirar que no me puedo sacar de encima".
"Vidrio molido en los pulmones/en las fosas nasales vidrio molido/molido en el estómago de los perros/abajo de la casa abajo de los párpados/vidrio molido para levantar una casa/para estrellar una cabeza una certeza/en las uñas vidrio molido en las manos/cerrados los puños molidos en sangre/molido en la mañana sin aire con sed/molido en la ventana rota con piedras/molido en el fondo de la noche cerrada", escribe Rapacioli, autor también del libro "Dispersión".
- Télam: El vidrio que da título y sustento a este corpus aparece como un elemento ambiguo, que deja traslucir y al mismo tiempo obstruye la mirada ¿La idea central fue explorar esa ambigüedad?
- Juan Rapacioli: La idea del vidrio nació como un sonido. Una palabra que no dejaba de sonar y que, después, se fragmentó en varios sentidos: el vidrio que refleja pero que también empaña la visión, el vidrio que trasluce pero a la vez deforma, el vidrio que se rompe, se astilla, se mastica. Me interesaba pensar el vidrio como un material que estructura el libro, desde la irrupción violenta del estallido hasta los restos dispersos que alguien trata de juntar y se lastima.
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