Son alumnos de una escuela que atiende a chicos hipoacúsicos. Todos ellos usan implante coclear o audífonos. Para generar fondos registraron una versión de la canción patria, con la esperanza de que los medios la difundan.
Los rayos de sol de la primera mañana dejan expuesta la mitad de la cabeza rapada de Agustina (3). Especificamente la mitad derecha, desde donde brotes de cabello negro asoman, como así también un flamante implante coclear, un dispositivo electrónico que se le colocó en el oído interno mediante una operación y que se regula con otro aparato externo.
"Es que la operaron hace poco. Agus todavía no oye, apenas si se le borró la cicatriz", explica una de las maestras, llevando las manos a los amplios bolsillos del delantal rojo. Alza los hombros y su expresión se pierde mirando a la nena que juega, entra y sale de una casita rosada de madera que se alza en medio del pasto crecido. Juega con otros chicos, sus compañeros del colegio Las Lomas Oral.
Juntos, entonaron recientemente el Himno Nacional en un estudio profesional. Qué más significativo que la entonación del himno, con sus palabras difíciles, a las que se les animaron 32 chicos hipoacúsicos de nivel primario, quienes durante el pasado fin de semana lo ensayaron una y otra vez con sus padres y, ni bien terminaron de cantarlo, empezaron a aplaudirse a ellos mismos, como gesto de victoria o clara superación.
Entonar el himno fue una de las formas que esta asociación civil sin fines de lucro de Martínez encontró para generar ingresos. De este modo, cada vez que el himno entonado por los niños sea reproducido por medios radiales y televisivos, la institución percibirá los derechos.
En total, son 82 los chicos que asisten al colegio de Zona Norte. Algunos llegan de puntos lejanos como Campana o Zárate, y a las 9 en punto ya están firmes en la puerta de la escuela de la mano de su mamá. La mayoría asiste desde que tiene 1 año de edad, que es cuando los médicos les detectaron la hipoacusia. Parte del nombre del colegio remite a la oralidad, que tiene que ver con la metodología utilizada para el aprendizaje. ¿Qué que se aprende en Las Lomitas? Casi el milagro, los chicos sordos aprenden a oír. El lema de la escuela es: "Donde los niños sordos aprenden a escuchar y hablar."
EL MUNDO DE SILENCIO. Una de las responsables de la asociación ejerce también allí como docente, se llama María José Funes, es hija de Ines Funes, cofundadora del establecimiento, y es quien, junto con Debora Barrera, reciben a este diario en una de las aulas mientras los chicos están en recreo. Tanto esta cronista como el fotógrafo resultan invitados a sentarse en unas sillitas diminutas con pelotitas de tenis ahuecadas en cada pata.
Conviene empezar desde el principio para entender. Una imagen bien puede servir a modo de epílogo para acercarse al mundo del silencio en el que vive la mayoría de estos chicos. La imagen viene del pasado. Está la maestra que nos recibe, María José Funes, en su cuarto. Por ese entonces tiene 3 años. En el cuarto hay una tela divisoria que colocó su mamá, una especie de telón o cortina, no recuerda, "una tela gruesa pero improvisada", dice. En la otra parte del cuarto ve a su mamá que le está dando clases a dos chicas sordas. Hay un pizarrón, dos sillitas como en las que ahora estamos sentados, en la otra parte María José tiene su cama. "Yo le pedía a mamá ver sus clases. Siempre presenciaba las clases de mamá en silencio. Ya cuando iba a la primaria me volví ayudante de un colegio maternal. Siempre estuvo presente en mí ese amor por los chicos sordos", explica a este diario.
En concreto, la enorme tarea que hoy realiza el colegio y de la cual María José es una pata fundamental, consta de varias partes. Trabajar con los padres que llegan en duelo, resignados, con planteos de este tipo: "Yo lo que quiero es saber cuándo mi hijo va a escuchar." Y hay que manejar la frustración y la ansiedad de los padres, que traen toda una serie de expectativas que se ven truncadas, cuenta María José que algunos le dicen: "Yo quería que mi hijo fuera a tal colegio…", "Esperaba de él tal cosa y ahora no pudo ser", "Y con este problema…¿cuál será el futuro que le espera a mi hijo?" Debora Barrera explica que esta última es, de entre todas las dudas, la más dura. Tener que explicar que no todos los chicos oyen en un momento determinado, sino que tiene que ver el avance personal. "A los padres hay que ajustarles las expectativas todo el tiempo", dice.
La hipoacusia provoca células ileadas o muertas que, una vez que al niño se le detectan y se le pone el implante coclear –que consta de una cadena de electrodos–, ayuda a que con la debida estimulación el chico pueda empezar oír. En general, los chicos acceden a su implante mediante el Plan Nacer, que depende de Presidencia de la Nación (para chicos de 0 a 6 años) y que, entre otras cosas, permite evaluar a aquellos con dificultades auditivas con un sistema de screening que da un alerta de si necesita audífono o implante, aunque sólo recién a partir del año de edad se pueden implantar.
A partir de que son implantados, lo que los chicos verbalizan les da la pauta a sus maestras de qué tan bien o qué tan mal están escuchando. Es realmente impactante cómo durante esta nota con Tiempo Argentino, uno de ellos, Manuel, hace un ejercicio poniéndose y sacándose el implante. Con el implante Manuel puede oír todo y responder perfectamente a todo lo que su maestra le pregunta, alejándose el implante del oído Manuel ya no puede oír nada y es incapaz de interactuar, ni con ella ni con los otros, se siente aislado, frustrado, se le nota en la cara. Pero ni bien se vuelve a colocar el implante corre feliz. Escuchar se transforma de este modo en una enorme posibilidad de inclusión, de que Manuel participe ahora sí, del juego.
La institución maneja grupos de cuatro chicos; por cada cuatro chicos hay ocho maestras, un número realmente importante de profesionales a disposición que utilizan la metodología auditivo-oral. María José desmitifica que todos los chicos aprendan a escuchar al mismo tiempo: "Hay distintos tipos de aprendizaje, tenemos una nena que aprendió a oír a los nueve meses y a los 2 años ya hablaba. Lo importante es que todo lo que hacemos se aprende a través del juego, eso mismo me lo hicieron ver los chicos cuando una vez en medio de la clase les pregunté: ¿y qué les enseño yo? Su respuesta, unánime, fue contundente: a jugar."
Uno de los mayores inconvenientes que manifiestan las docentes es la falta de información por parte de los médicos para tratar la deficiencia que, cuanto más temprano comienza a trabajarse, más chances da a un niño de que recupere la audición. "La mayoría de los chicos llegan rondando los 4 años y porque sus padres se enteraron del colegio por el boca a boca, no por recomendación de ningún médico. En general, una vez que los diagnostican, los padres deambulan de un lado a otro. Lo que más vemos acá son padres sin información, que llegan con los resultados de los estudios sin saber cómo interpretarlos. Muchos nos preguntan: ¿qué es una audiometría?" En cambio, los padres activos son los que llegan temprano al colegio."
Una vez por mes en Las Lomas se realizan reuniones soporte con psicólogos y padres. También el involucramiento de ellos para con el avance de los chicos no es menor a la hora de buscar financiamiento para que la institución siga adelante. Un 48% del presupuesto del Lomas se consigue a través de donaciones (juguetes, vajilla, discos usados, indumentaria) que acercan de manera solidaria los vecinos, la gente del barrio. Durante el armado de ferias de usados los papás limpian, ordenan y ponen en condiciones los objetos recibidos y luego realizan las ferias en el patio del recreo. El 70% de los chicos que asisten a la institución está becado, porque no llegan a pagar la cuota. Para ellos este tipo de iniciativas no sólo implica estar o no estar en la institución, es la diferencia entre escuchar o no hacerlo.
Algunos egresan luego de varios años de haber permanecido en la escuela, cuando ya pueden oír como cualquier otro chico y se integran a una escuela de chicos oyentes. Las maestras los ven irse con nostalgia, ellos se van entusiasmados por la ilusión. Es el caso de Emanuel (9), que "quiere tener muchos compañeros" y egresará el año que viene. Para Emanuel, como para muchos de los otros chicos, lo que hizo en Las Lomitas es claro, fue puro juego. «
Filosofía auditiva-oral
En Las Lomas aplican la Filosofía Auditivo-Oral, basada en ejercicios del Moog Center for Deaf Education ubicado en Saint Louis. Para la implementación de esta metodología es clave la obtención del máximo acceso al sonido mediante audífonos o implantes cocleares. Esta modalidad se apoya en el "acceso al sonido" para desarrollar el lenguaje hablado y permite que los niños aprendan a escuchar y a hablar. La educación tiene cinco niveles, que incluyen estimulación temprana, sala de deambuladores, jardín y primaria para chicos con hipoacusia a nivel interno.
Al año nacen 2250 niños con problemas auditivos
También el implante coclear tiene su día en el calendario, el 25 de febrero, debido a que la primera intervención quirúrgica de este tipo fue realizada en esa fecha en el año 1957.
En la Argentina nacen aproximadamente 750 mil chicos al año; de este número entre 1 y 3 de cada 1000 tienen hipoacusia, o sea que afecta a entre 750 y 2250 niños al año. La discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades en el país, la cual se reparte en un 86,6% de dificultad auditiva y un 13, 4% en sordera.
El dato, que surge del último censo poblacional del año 2010, establece que existe un 2,4 % de la población de Argentina con dificultad auditiva permanente (945.168 personas).
Uno de los casos más resonantes fue el de Joaquín Ezequiel Kavanagh, quien tenía cinco meses cuando una meningitis con neumococo lo llevó a estar internado, muy grave, durante 15 días en el hospital provincial de Niños Sor María Ludovica de La Plata. Luego de dos complejas cirugías, el nene pudo volver a escuchar.
Pero no es el único. En febrero las autoridades de Salud y un grupo de padres destacaron la implementación del Programa de Detección Precoz y Atención de la Hipoacusia del Ministerio de Salud de la Nación. Con ese programa 53 niños con problemas auditivos de todo el país que no poseían ningún tipo de cobertura social recibieron el tratamiento que les permitió desarrollar el lenguaje. A través del este programa, creado en 2010 en el ministerio que conduce Juan Manzur, 281 niños pudieron acceder a audífonos adecuados para su dificultad auditiva.
Fuente: Tiempor Argentino
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