Hay un 20% más de apostadores que la temporada pasada. "El balance hasta el momento es positivo", dijeron desde la Asociación de Empleados de Casinos.
Mientras la bola empieza a girar en la ruleta, Darío se persigna como si estuviera en la iglesia. Con la mirada clavada en la ruleta, dice que le gusta el desafío y busca adrenalina en el Casino. "Negro el 20", canta el croupier y el hombre pega un salto de alegría. "Tenía el presentimiento que iba a salir, hoy es mi día de suerte", se le escucha decir a su mujer. Darío lleva más de media hora jugando en la ruleta. Su caso no es aislado: al Casino de Mar del Plata van -en promedio- 8 mil personas por día, un 20 por ciento más que el verano pasado. La venta de fichas también aumentó en el mismo porcentaje.
"El balance es positivo en lo que va de la temporada, ya que está viniendo más gente al Casino que el verano anterior. La mayor afluencia de público se da durante los fines de semana", dijo el presidente de la Asociación de Empleados de Casinos, Jorge Baino.
Con entrada gratuita, el Casino Central se convirtió en un paseo inevitable para los turistas. Buena cantidad llega decidida a probar suerte, incluso algunos con cierto fanatismo. Otros sólo pisan la alfombra para conocer el lugar, pero cambian dinero por fichas y la tentación crece. El ambiente de las salas es cómodo: aire acondicionado, servicio de bar y auxiliares de máquinas que explican cómo funcionan los aparatos. "Cuando el día está feo, empezamos a recibir gente a partir de las cuatro de la tarde. Y si el día está lindo, la mayoría opta por venir a la noche", afirmó Baino.
En el sector de las tragamonedas no hacen falta estadísticas: están bajo el mando del público femenino. A la hora pico, siete de cada diez personas que juegan son mujeres, según Baino. Muchas señoras hacen cola si su máquina favorita está ocupada y esperan que se libere, con el ticket en la mano. Ese billete electrónico representa lo que destinaron al juego ese día o los anteriores. Si la jugadora desea dejar el aparato, pulsa un botón que le devuelve un ticket con código de barras que sirve para jugar en otra máquina o canjearlo por dinero en la caja.
"Trabajamos todo el año, junto al gobernador Daniel Scioli, para que esta temporada sea un éxito?, dijo el presidente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, Jorge Rodríguez, y recordó que "la gente que apuesta al juego oficial aporta recursos al gobierno que luego los invierte en salud, seguridad, cultura y deportes?.
Rodríguez señaló que además de la clásica ruleta hay diferentes entretenimientos y la posibilidad de que el Casino sea un espacio de encuentro con amigos. "Tenemos un buen servicio gastronómico y un lugar para compartir una reunión entre amigos. O sea que la gente no sólo viene a jugar, sino también a compartir un momento de diversión y entretenimiento", sostuvo.
Adicción al juego
Existe desde hace siglos, pero dejó de ser considerada un vicio para ser reconocida como una enfermedad: es la adicción al juego. Cada vez son más las mujeres que, frente a la ruletas y las máquinas tragamonedas o los cartones del bingo, esperan sin límite de tiempo ni de dinero ese golpe de suerte que les cambie la vida. La elección de las máquinas está más asociada con la depresión, la ansiedad y la necesidad de llenar un vacío.
Los expertos coinciden en atribuir esta feminización a una mayor oferta de salas y de juegos de pequeñas apuestas, además de la necesidad de una salvación económica, pero también social. Ludópatas en recuperación relatan que en el bingo se podían reunir durante el día con otras mujeres para jugar.
A diferencia del jugador social, el ludópata no juega por placer; no suele ir acompañado; pierde toda noción del tiempo mientras juega y, si hace algún cálculo de cuánto va a gastar, nunca lo cumple y recurre a cualquier estrategia para conseguir más dinero. Los pacientes suelen decir que la adrenalina que les produce jugar no la sienten con ninguna otra actividad.
Buenas expectativas
Por estas horas, los operadores turísticos marplatenses creen que el Casino será uno de los lugares más visitados en las vacaciones. "Históricamente, el Casino ha sido un lugar convocante. Tenemos muy buenas expectativas para la segunda quincena de enero", dijeron.
Ya sin la necesidad de portar una tarjeta de presentación para entrar al Casino y mucho menos con la exigencia de ir con traje -algo que en los años 40 y 50 hizo que mucha gente de menores recursos alquilara su ropa en un local de la desaparecida Manzana 115-, este verano se espera que los apostadores dejen un buen ingreso de dinero en compra de fichas. Antes, claro, escucharán la frase que más les gusta: "¡Hagan juego, señores!".
Fuente: Diario La Capital
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