El Intendente de Mar del Plata se reunió el sábado con los referentes de los sindicados vinculados con la actividad marítima y portuaria. Días antes había charlado con empresarios de manera individual para conocer la situación de la patronal.
Gustavo Pulti desea que el álbum de imágenes que dejó el conflicto pesquero y portuario el año pasado no vuelva a abrirse esta temporada para sumar nuevas postales de anarquía y barbarie.
En silencio, el Intendente del Partido de General Pueyrredon comenzó a recabar testimonios de distintos sectores para conocer de primera mano la situación que atraviesa el negocio pesquero en el principal puerto nacional.
El 28 de febrero vence la paritaria que el Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) firmó el año pasado con la Cámara de Industrias Pesqueras Argentinas (CaIPA), a instancias del Ministerio de Trabajo de la Nación y será el primero en solicitar audiencia para actualizar los salarios de casi 4 mil obreros.
El Jefe Comunal primero se reunió con empresarios. REVISTA PUERTO pudo saber que tomó un café con Antonio Solimeno y también que se reunió con Pablo Otegui, de Pesquera Veraz. La lista posiblemente sea mucho más amplia. Los empresarios comparten un análisis común. “Si acá no hay incentivos para que el sector recupere competitividad, explota todo antes del segundo semestre”.
“Tony” posiblemente le contó a Pulti que la situación que atraviesa su empresa es tan crítica que él mismo en persona se encarga de las compras de los víveres para la tripulación.
El Intendente quiso saber cómo están las empresas y se puso a disposición para cualquier solicitud que se tenga que hacer ante las autoridades gubernamentales. Las cámaras han conformado un Consejo que mantiene canal abierto con Norberto Yauhar, ministro de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.
No rechazaron la predisposición de Pulti pero creen que su poder de influencia es escaso. Seguramente le habrán pedido que si quiere ponerse al frente del reclamo, no desempeñe el mismo papel protagónico que el año pasado. Los armadores creen que su apoyo al SIMAPE, para saldar viejas deudas políticas, solo ayudó a prolongar la beligerancia del paro.
Los empresarios sacaron cuentas en el aire delante de Pulti; claras como para que no le cueste mucho entenderlas. Un barco de 2 mil cajones paga 180 mil pesos de combustible. Por la venta de la merluza que trae en bodega recibe 224 mil pesos. “No alcanzo a pagarle al capitán”, le contaron al Intendente. Así le explicaron por qué no sacan los barcos a pescar.
Para escuchar la voz de los trabajadores, el sábado por la mañana Pulti invitó a su despacho a referentes de los sindicatos marítimos y pesqueros. Cantaron presente el mismísimo Juan Domingo Novero, del SIMAPE, Jorge Frías, de Capitanes, Mario Galano, Centro de Patrones, Walter Castro, del nuevo SANAM, Cristina Ledesma, del SOIP y Daniel Acha, del SICONARA.
Los gremios coinciden con los empresarios. Si acá no se modifica alguna variable, el estallido social será inevitable. Hoy la parálisis casi total que muestra la flota repercute en todos los puestos de trabajo: tripulantes, oficiales, estibadores, fileteros, transportistas.
Más allá de considerar prematuro comenzar a hablar de porcentajes en la actualización salarial, los gremios dejaron en claro que no resignarán nada de lo ya conseguido. “Sabemos que la situación es complicada pero los que peor la están pasando son nuestros compañeros”, dijo una fuente que participó de la reunión.
El encuentro terminó en media hora y no hubo tiempo ni para pedir café o hacer circular el mate, compañero infaltable en el escritorio del Intendente. Con todos Gustavo Pulti prometió seguir conversando. Ojalá que con eso alcance para evitar sumar nuevas fotos al álbum de la barbarie.
Por ROBERTO GARRONE | Revista Puerto
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