Nota de opinión publicada en Nac&Pop
Durante décadas, el concepto de “participación popular” formó parte de muchos discursos, pero luego, en la práctica, el pueblo no era convocado a opinar, salvo al momento de expresarse en las urnas.
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue pionera en invitar a la ciudadanía a participar en el debate de un proyecto de ley, la luego llamada Ley de Medios, a través de foros, y Gabriel Mariotto, quien en ese momento era el interventor del COMFER, y elegido por la compañera para llevar adelante el proceso de redacción de la mencionada ley, fue también el encargado de organizar los encuentros en los que, a lo largo y a lo ancho de la Patria, se fueron recogiendo valiosos aportes, que hoy forman parte de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de su reglamentación.
Con esa experiencia en su mochila, Mariotto, hoy vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, propuso al Gobernador Scioli llevar adelante ese sistema en distintos temas, iniciándose con el Proyecto de Policía Judicial.
El “acercar la legislatura a la calle” para la participación ciudadana en la discusión de leyes, como han decidido llamar a este proceso de realización de foros , no es un tema menor. Muchas veces, las leyes, llenas de buenas intenciones, una vez aprobadas y llevadas a la práctica, chocan con realidades que el legislador no tuvo en cuenta.
Prueba de la necesidad de participar y ser escuchados, es la expectativa que genera la llegada de cada foro en los territorios en los que se ha realizando y se realizará, en donde, una vez terminada la recorrida, habrá recalado en una ciudad por circuito electoral en los que está dividido la Provincia de Buenos Aires.
La amplia convocatoria da cita a los más variados actores de cada zona, provenientes de la política, la Justicia, el sindicalismo, las entidades intermedias y el vecinalismo. Algunos de ellos decididos a exponer y cientos a escuchar, apoyar y ponerle el cuerpo a un tema tan delicado como es la seguridad.
Estos mecanismos tienen un efecto multiplicador, difícil de mensurar. El hecho de saber que el Foro tiene fecha de llegada a una ciudad, ha obligado a muchos a interesarse por el proyecto con anterioridad, e incluso debatirlo en su entorno, para preparar la propuesta a presentar.
Los legisladores tendrán al momento del debate en la Cámara de este proyecto, nada más, ni nada menos, que la voz del pueblo que los nutre, los acompaña y reafirma el aval que ya obtuvieron, al momento de ocupar ese lugar por el voto popular.
Puesto esto en términos filosóficos, es la contracara del Panóptico de Foucault, en el que el poder se ejerce de acuerdo con una figura jerárquica, constituyendo un modelo compacto del dispositivo disciplinario. Esto, es volver al Agora, en donde todas las voces eran escuchadas.
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