Tomada: “No es con cualquier trabajo que haremos un país más inclusivo”

El ministro de Trabajo señala la lucha contra el empleo no registrado como el eje central de las políticas laborales de la Argentina actual. “Bajamos mucho el indicador, pero también es mucho lo que nos falta”, admite. En diálogo con Tiempo Argentino, resalta la participación de jóvenes en la vida sindical y da detalles de la iniciativa de reforma a la Ley de Accidentes de Trabajo que el gobierno tiene en agenda. “El objetivo es la prevención”, puntualiza.

Todavía exultante por el masivo acto que el kirchnerismo celebró el viernes en el estadio de Vélez, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no duda en trazar un paralelo entre la fuerte presencia de jóvenes en esa movilización –protagonistas centrales a quienes la presidenta Cristina Fernández exhortó a convertirse en “custodios” de las transformaciones– con un nuevo estado de cosas en el mundo de las relaciones del trabajo. “En la vida sindical hay una intensa participación de las nuevas generaciones. Además, los nuevos puestos de trabajo han sido ocupados, en su mayoría, por jóvenes”, resalta.

En diálogo con Tiempo Argentino, a pocas horas de una nueva conmemoración del Día del Trabajador, Tomada traza también un balance de logros y deudas en materia de derechos laborales en el país. “Hoy, la centralidad de las políticas laborales es hacer retroceder aun más el trabajo no registrado. No es con cualquier trabajo que vamos a hacer a la Argentina más inclusiva”, subraya. Y pondera las discusiones paritarias como “activo social”. “La negociación colectiva es un proceso duro, complejo, con tensiones, con entendimientos y finalmente con acuerdos. Yo diría que hubo momentos fáciles y difíciles para el entendimiento, pero como balance, quedó un activo social”, subraya. 

–El acto del viernes en Vélez tuvo como protagonistas centrales, en el público y en el discurso de la presidenta, a la juventud. ¿La creciente participación de los jóvenes en la política tiene su equivalente a nivel sindical? 

–Sin lugar a dudas. Hemos recuperado primero el trabajo, y a partir de la recuperación del trabajo hemos recuperado las instituciones del trabajo, las negociaciones colectivas, la participación, el debate. Eso ha dado lugar al fortalecimiento del movimiento obrero, del sindicalismo de nuestro país. Pensemos en los 5 millones de nuevos puestos de trabajo: ¿quiénes los han ocupado? Los han ocupado fundamentalmente los jóvenes que arribaron a un mundo de trabajo que estaba cerrado, que les había negado posibilidades, que les contaba que era el fin del trabajo, y hoy han sido incluidos en empresas, fábricas, comercios, y eso genera necesariamente una movilización mayor, una participación mayor. Ahí están las paritarias por ejemplo, que todos los años se renuevan, y es un proceso que no se visualiza pero que vale la pena poner bien arriba, porque implica que en todas las fábricas se discute, se reclama, se debate, se acepta, se plantea y esto ha sido un movilizador permanente todos los años. Esto implica necesariamente la generación de nuevos cuadros sindicales, la aparición de mayor compromiso, aparte de los tradicionales dirigentes, por supuesto. Hoy permanentemente me encuentro en los cuerpos de delegados, en las mismas comisiones directivas, una intensa participación de las nuevas generaciones, y creo que esto va formar parte de lo que podemos celebrar con este 1º de Mayo que se avecina, la recuperación del protagonismo de los trabajadores.

–Usted menciona la herramienta de las paritarias, ¿cuál es la conducta de los empresarios en esa discusión?

–La discusión colectiva implica lógicamente una puja entre el capital y el trabajo y más en una Argentina donde el propio gobierno se plantea la necesidad de una mejor distribución del ingreso. Eso lleva a que la discusión no sea sencilla, no se resuelva en 15 minutos. Eso es algo que a veces les cuesta procesar a los medios:  no es que una reunión fracasa y fracasó la negociación colectiva, es un proceso duro, complejo, con tensiones, con entendimientos y finalmente con acuerdos. Yo diría que hubo momentos fáciles y difíciles para el entendimiento, pero como balance quedó un activo social: saber que a través de ese mecanismo los empresarios tienen cierta seguridad y certeza de cómo van a evolucionar los salarios y los trabajadores van manteniendo y recuperando la capacidad adquisitiva del salario.

–El trabajo en negro continúa siendo una deuda ¿Qué balance se hace desde el gobierno? 

–Es mucho lo que hemos retrocedido y afortunadamente hemos logrado bajar el indicador, pero también es mucho lo que nos falta. Creo que si hoy yo tuviera que decir cuál es la centralidad dentro de las políticas laborales, una de las primeras, si no la primera, es hacer retroceder aun más el trabajo no registrado, porque nosotros estamos convencidos de que no es con cualquier trabajo que vamos a hacer a la Argentina más inclusiva. Es cierto, con trabajo, con inclusión social, pero no cualquier inclusión social. Nos importa sobre todo la inclusión social a partir del trabajo, es un valor muy alto en la Argentina, no es igual en otros países. En la Argentina tener un trabajo digno y con protección social y derechos es un valor muy importante, en otros países no ocupa ese lugar tan trascendente. Entonces ese trabajo tiene que ser registrado. Nosotros hemos logrado hacer descender el trabajo no registrado en 15 puntos y hoy estamos en el 33% aproximadamente. Todos estamos convencidos, cada uno en sus distintas áreas, en la AFIP, en Agricultura, en el Ministerio de Industria, que es una tarea que tenemos  que proseguir sin pausa.  <

Un proyecto por la prevención

–En los últimos días, se habló de un proyecto del gobierno para modificar la Ley de Accidentes de Trabajo. ¿En qué estado está esa propuesta? ¿Es inminente?

–No tiene todavía una fecha concreta. Es una deuda que tenemos a partir de una ley que había sido aplicada fundamentalmente con un criterio excesivamente centrado en los costos laborales o pensando en los juicios. El proyecto en marcha apunta a que la ley atienda esencialmente a la prevención, no a cuánto, mucho o poco, de una indemnización. El centro es evitar que haya accidentes y fortalecer la estructura de la prevención. Y es cierto que esto a los empresarios mucho no les gusta, siempre aducen dificultades en sus costos para poder dar lugar a una mayor prevención. Estamos hablando de trabajadores que sufren un accidente en el lugar donde se van a ganar la vida; en algunos tremendos casos la han perdido. Y para eso hay que tener una ley que pueda atender esta cuestión.

Fuente: Tiempo Argentino