Las distintas modalidades de violencia ejercida contra las mujeres como el insulto, la subestimación, el golpe, la violación, y finalmente el femicidio está íntimamente vinculado a un contexto social que produce y reproduce un sistema de ideas, valores y roles, según se trate de varones o mujeres que derivan en la dominación, sumisión y desigualdad entre los géneros.
Por el Observatorio de Comunicación y Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación social / La violencia contra las mujeres, es una situación estructural que ha sido naturalizada e invisibilizada históricamente, en las políticas públicas, en el discurso social, en los medios de comunicación, y que en la actualidad, es diluida además en un contexto de creciente violencia social.
La problemática cobró en los últimos años un lugar significativo en la agenda de los organismos gubernamentales, tanto desde la actualización normativa como desde la atención y la prevención en los distintos niveles de gobierno. Pero la legitimación creciente de la violencia de género como un problema público se encuentra condicionada tanto por factores económicos, políticos, legales e institucionales como por el conjunto de tradiciones, costumbres y reglas vigentes en cada sociedad.
Desde el mes de marzo de 2011 desde el Observatorio de comunicación y género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP) nos abocamos la deconstrucción crítica de mitos y prejuicios que se reproducen en los artículos de prensa sobre esta temática, entendiendo que los medios -y en un sentido más amplio la cultura- refuerzan la violencia contra las mujeres como algo natural.
La violencia contra las mujeres es una problemática político-social de salud pública y que implica la violación de los derechos humanos básicos. Desde este espacio académico el compromiso de seguir trabajando por su erradicación definitiva en nuestra comunidad y en la sociedad en general, desnaturalizando y problematizando roles, mitos, estereotipos y estigmas sociales sobre la problemática.
En este sentido la creación de políticas universitarias al respecto, equivale a decir que la problemática no es privada, sino que es un área de incumbencia social que requiere intervención y prevención permanente. Como decían las primeras feministas lo personal es político y nadie puede vivir ni proyectar el futuro desde una situación de violencia.
Fuente: Agepeba
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