“Si hay que ajusticiar, que se ajusticie y si hay que reconocer que se reconozca”

José María Lambertini, presidente del Centro de Excombatientes local, no descartó que la apertura del informe Rattenbach desemboque en juicios por maltrato a soldados y dijo que es “importante” denunciar a Inglaterra

Todas las miradas, las propias y extranjeras, estuvieron puestas este miércoles sobre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ante el oficialismo y la oposición, anunció tres medidas estatales en relación a las Islas Malvinas: dijo que se denunciará a Inglaterra ante la ONU, por militarizar la zona; que se abrirá el informe Rattenbach, que sistematizó las actuaciones militares durante la guerra, y que se inaugurará en marzo un hospital de salud mental para excombatientes.

Para saber cómo recepcionaron las disposiciones adoptadas por el Gobierno nacional, en el marco de la lucha por la soberanía de las tierras del Atlántico Sur, El Atlántico entrevistó al presidente del Centro de Excombatientes de Malvinas de Mar del Plata, José María Lambertini.

-¿Cómo recibieron la noticia de que el Estado argentino denunciará a Inglaterra, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidades, por militarización de las Islas Malvinas?

-Nos alegró. La presidenta fue muy categórica con esa comisión. Les dio a entender que se tienen que poner las pilas por esta real escalada militar que está haciendo Inglaterra, y por la cual nos sentimos amenazados. De todos modos, yo creo que dentro del espíritu de los ingleses está cuidar y custodiar las islas, y no meterse con el continente, y en particular con la Argentina. Esta denuncia es muy importante, sobre todo porque va a tener un gran consenso internacional, principalmente de América del Sur, Central y también del Norte, que entiendo que va a volcar su opinión para con este conflicto porque le conviene estar bien con el resto del continente.

-La presidenta anunció también la apertura pública del informe Rattenbach, que analiza las actuaciones políticas y militares durante la guerra. ¿Es éste el principio del camino de los juicios por Malvinas en Argentina?

-Hay que ver qué se hace con esa información. Hoy hay una causa abierta en Río Grande, porque es jurisdicción de Malvinas. Insisto con que hay que ver, cuando se abra el informe, qué es lo que se va a hacer. Nosotros sabemos la verdadera verdad. Nosotros la vivimos, fuimos parte. Sabemos muy bien qué pasó y lo venimos diciendo y con eso concientizando a la gente. Sabemos que son muchas las cosas que van a surgir y que van a sorprender a la sociedad en general. Lo que queremos saber es qué se va a hacer con esa información y qué medidas se van a tomar. La verdad y la justicia es lo que tiene que prevalecer. Veremos qué es lo que dice el informe y veremos qué es lo que hace la presidenta con esa información. Eso es lo que más nos interesa. Si hay que ajusticiar, que se ajusticie y si hay que reconocer que se reconozca.

-¿Qué creen ustedes que tendría que hacerse con lo que surja de esa revisión histórica?

-Lo que se tiene que hacer, definitivamente, es contar la verdadera historia. Nos guste o no, nos duela o no, la verdad es lo mejor que nos puede pasar. Hay que hacer propia una historia que dice cuáles fueron los reales motivos del gobierno de facto para llevarnos y pelear por las Malvinas. Además, y creo que es lo más importante, conocer cuáles fueron las formas utilizadas. Dar cuenta a costa de qué, con quién y cómo. Hay que hablar de la logística, del trato a los soldados. El maltrato, el hambre, la falta de preparación y de atención y acompañamiento tras la guerra, la venimos denunciando hace tiempo, como 30 años. Ahora, es también un tema de Estado.

-Dado el hermetismo con el que se llegó a la conferencia de prensa, se barajaron muchas hipótesis en relación al anuncio. ¿Ustedes también esperaban sanciones comerciales o aéreas?

-La verdad es que no sabíamos, ni teníamos detalles de lo que se iba a anunciar. Eran todas suposiciones, y entre ellas, que iban a haber severas sanciones hacia Inglaterra. Sin embargo no fue así. Por ahora no hay suspensiones de vuelos ni sanciones comerciales. La sanción más dura, por ahora, es la que hizo Sudamérica y Latinoamérica al fijar la prohibición del ingreso de barcos con bandera de las islas porque no las reconocen como un país independiente, sino como un territorio argentino. 

Yo no creo que haya ni tenga que haber un corte radical en las relaciones bilaterales. Creo que no es el camino de la solución. Sí, a lo mejor, podría ser un camino de presión para el Reino Unido. Pero si hablamos de paz, de diálogo, de sentarnos a consensuar, no me parece que las sanciones sean, aunque en lo personal lo haría, lo indicado para lo que se está buscando. En lo personal, y por ser excombatiente, y haber sufrido la guerra y el después, yo les cortaría el chorro, pero nosotros estamos muy involucrados. No tenemos una mirada imparcial ni diplomática. Pero entendemos que el camino que se sigue es el más conveniente.

-¿Qué sienten, que pronto a conmemorarse 30 años del conflicto, las Malvinas vuelven a ser abordadas como una política de Estado?

Lo que causa satisfacción es que el tema esté en el tapete, que todos los medios se hagan eco y que la gente se concientice y hable de Malvinas. Hay nivel de sapiencia de toda esta historia. Hay compromiso de la sociedad, y eso nos hace bien.

ASISTENCIA Y SALUD

-Hacia el final de su discurso, Cristina Fernández de Kichner adelantó que en marzo quedará inaugurado un hospital de salud mental para excombatientes. ¿Es necesario complementar esta medida reparadora con una atención descentralizada y a nivel nacional?

-Toda performance que se haga a favor del veterano es bienvenida. Pero nosotros venimos reclamando un sistema de salud a nivel nacional desde el año 1985, es decir que hace 25 años que pedimos por un verdadero plan de salud, de contención, porque sabíamos y conocemos la problemática porque nosotros la sufrimos. De hecho, la desatención de años nos costó unos 400 y pico de suicidios, que es una cifra enorme. Está muy bien que haya un hospital especial para nuestra salud, pero está un poco tarde, porque la mayoría de nosotros tiene 50 años. Igual recibimos la noticia con beneplácito. Ahora, lo que realmente estamos reclamando y exigiendo a los Gobiernos es un plan de salud adecuado a las necesidades de los ex combatientes a nivel nacional, para que tenga contención en su lugar de origen o donde estén habitando.

-Lo más cercano a ese pedido es el sistema de atención municipal para ex combatientes…

-Claro. Por suerte, en Mar del Plata estamos de avanzada en ese tema. Desde hace varios años, existe un plan de salud municipal. En ese sentido, tenemos que agradecer a los distintos Gobiernos municipales que han mantenido este programa integral para veteranos de guerra y que la verdad funciona muy bien.

Por Andrea pérez / Diario El Atlántico