Aún con la crisis socio económica y sanitaria que acarrea el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio dictado por el Estado Nacional ante la pandemia del COVID-19, hay mercados en Mar del Plata que no respetan los precios máximos dispuestos por el Gobierno presidido por Alberto Fernández.
María Inés Benitez, referente del Comité Barrial de Emergencia de la zona sur, detalló que “han habido aumentos importantes en la carne, lácteos y pañales”: “Las gente nos comenta, es un eje principal del CBE que planteamos desde el principio para analizar y discutir”, agregó. Estos incrementos también afectan en la adquisición de la garrafa, por lo que implementan desde el Comité las garrafas sociales.
“Son situaciones que complican la economía de los vecinos. Muchos cuentan con la asignación y otros se han quedado sin trabajo por la ‘cuarentena’. Nos preocupa. Desde los Comités, articulamos e implementamos el Mercado Barrial, que se realizará nuevamente la próxima semana, porque la diferencia de precios es importante”, afirmó la presidenta de la Sociedad de Fomento Plaza Serena.
Resaltó que “se acercan a hablar con algunos comerciantes porque tienen buen diálogo con la mayoría de ellos”, a lo que manifestaron que “cuando ellos se hacen las compras en los mayoristas, es cuando reciben el precio muy alto ya y lo tienen que modificar en sus góndolas”. Incluso, varios dejaron de comprar ciertas verduras, como calabaza y tomate, ante los incrementos en sus precios.
Desde Nuevo Golf, Mario Peralta dijo que “notaron que en los almacenes de barrio, ante la cuarentena, están trabajando más que los supermercados, donde no hay un control de precios como se debería”. Resaltó, además, que algunos respetan los precios máximos, pero otras no.
Por ejemplo, informó que están haciendo viandas para los vecinas y vecinas en situación de vulnerabilidad (aproximadamente 160) y “a veces reciben ayuda, otras veces no” o faltan ingredientes para poder armar una comida grande: “En una oportunidad hicimos pastas y quisimos que tengan queso rallado, compramos medio kilo de sardo fresco en un almacén, nos cobraron 489 pesos; luego, hicimos otro día raviolones, compramos de nuevo queso pero esta vez, salimos a caminar, buscamos precio y conseguimos el kilo a 315 pesos. Es una diferencia enorme de precio”, exclamó.
“Los vecinos se dan cuenta porque cuidan el dinero, no están produciendo mucho aquellos que vivían del día a día al estar en cuarentena”, comentó el fomentista.
Peralta concluyó diciendo: “Hay que salir a buscar los precios. Como no hay control, se hace lo que quieren. Nunca tenemos que estar conscientes de la situación y no dejar que nos roben el dinero, administrar lo mejor posible hasta que nos podamos recuperar nuevamente a partir de las aperturas que haya de los distintos sectores productivos, que se genere trabajo nuevamente”.
Fuente: mdpya.com.ar
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