“María Eva se fue en invierno, julio de un negro cincuenta y dos, arden los ojos de los más buenos, lloran por Eva, niegan su adiós” con estos versos, el cantautor popular Ignacio Copani, homenajeó la memoria de la “Abanderada de los humildes”, a quien hoy conmemoramos: María Eva Duarte de Perón, quien quiso que la llamáramos y la recordáramos como Evita, simplemente.
“Esa mujer” – como la idealizó Rodolfo Walsh en su novela – irrumpió en la historia argentina con apenas 26 años, siendo la compañera del Gral. Juan Domingo Perón. En sólo siete años de actuación pública hizo realidad aquello que algún discurso describió: “Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi Pueblo.”
“Esa mujer” – como la idealizó Rodolfo Walsh en su novela – irrumpió en la historia argentina con apenas 26 años, siendo la compañera del Gral. Juan Domingo Perón. En sólo siete años de actuación pública hizo realidad aquello que algún discurso describió: “Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi Pueblo.”
Bien lo señalo el poeta Castiñeira de Dios en la oda que compuso al evocar su muerte: “volveré y seré millones”.
Ella vuelve cada día y es millones hoy, porque: “abrazada a la bandera de mi Patria todo lo daré, porque hay pobres en ella todavía”; porque: “donde hay una necesidad hay un derecho” y porque: “Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar”.
Aquel frío 26 de julio de 1952 se fue María Eva y nació para siempre nuestra Evita inmortal: “Cuando elegí ser Evita sé que elegí el camino de mi pueblo. Ahora, a cuatro años de aquella elección, me resulta fácil demostrar que efectivamente fue así. Nadie sino el Pueblo me llama Evita”.
Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación, vive para siempre en el alma de su Pueblo: “El mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo. Como mujer siento en el alma la cálida ternura del pueblo de donde vine y a quien me debo. La patria no es patrimonio de ninguna fuerza. La patria es el Pueblo y nada puede sobreponerse al Pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia”.
Definió claramente donde radica la fuerza popular para defender nuestros derechos: “El capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos”.
Y estableció claramente lo que hay que hacer para alcanzar nuestros objetivos: “Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana”.
Se entregó por entero a su misión, sabiendo que ello no sería en vano: “Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.”
Por eso hoy a 64 años de tu entrada en la inmortalidad, queremos honrarte como el Pueblo te honró y queremos amarte como Él te amó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario