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sábado, 21 de mayo de 2016

Apoyo al Papa Francisco en el marco de la Semana Social de 2016


Integrantes de distintas fuerzas sociales, sindicales, políticas, económicas y culturales de Mar del Plata, expresaron su apoyo al Papa Francisco.

"Sin disminuir nuestras pertenencias institucionales con las que habitualmente participamos en la búsqueda del bien común, concurrimos a manifestarnos en este punto de encuentro y diálogo por la amistad social" afirmaron.
Sobre el lema elegido para la corriente Semana Social, “Ponerse la Patria al hombro”, manifestaron que "Creemos que no es un eslogan ingenioso. Es una interpelación construida con palabras que nos empujan a la acción fraterna, denunciando una actitud ausente. Es una exhortación oportuna para empezar a cumplir un deber personal y colectivo. Y es el punto de partida para una conversión de nuestras conciencias a la hora de asumir responsablemente la vida de nuestra Nación". 


Y agregaron "La Argentina no es una arena de combate dispuesta para el enfrentamiento de distintas facciones en su ciega ambición de predominio. Es una Nación construida por un Pueblo que desde el principio estuvo abierto para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino".
"Es también una cultura que en su desarrollo, ha sabido impregnar con sus rasgos a la de otros pueblos de las más diversas latitudes. Y esta característica, aceptada por pensadores y dirigentes de todo el mundo, como una capacidad de universalizar nuestras particularidades, ha alcanzado su máxima expresión con S.S. el Papa Francisco".
"Desde Roma, convertido en el argentino más ilustre e influyente de la historia, tiene la enorme responsabilidad de iluminar no sólo a la Iglesia Católica, sino a todos los hombres de buena voluntad que habitan en el mundo, nuestra casa común, con el agravante de la hora, atravesada por una formidable crisis de valores de la humanidad".
En éstas circunstancias, cuando Latinoamérica puede explicar el mundo como antes lo hacía Europa, mientras Francisco revitaliza aquellas tierras con la savia del continente de la esperanza, diversos actores de nuestra sociedad han optado por la crítica apresurada, cuando no por la ridiculización y el oprobio, como si el Santo Padre diera sus pasos con sujeción a las contiendas locales. 
San Juan Pablo II supo abrazar a quien intentó darle muerte, en testimonio de su enorme misericordia. En la misma línea de virtud cristiana, Francisco realiza gestos, concede encuentros y prodiga abrazos que nos demuestran el camino que predica, con la coherencia que el mundo le reconoce. 
Por nuestra parte, al hacer público nuestro reconocimiento y adhesión al Santo Padre, no nos anima iniciar un nuevo camino de confrontación, ni exigir el castigo de potenciales culpables. Estamos llamándonos –y llamando-, a la paciente meditación de los actos y palabras del Papa para ahondar en sus verdaderos propósitos.
Estamos convocándonos a la concordia, a la fe que mantiene la esperanza, renunciando a pensar a los demás como meros objetos de uso y de dominio. Confiamos que el Papa Francisco, en su profunda sensibilidad humana, avanzará en la dimensión planetaria de sus pasos, llamado como está a cuidar todo lo que existe.

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