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lunes, 25 de enero de 2016

Salvem Mar del Plata (lo privado es político)

Por Federico Polleri para Revista Ajo

Emiliano Giri fue nombrado presidente del Emtur entre acusaciones de la oposición por incompatibilidad de funciones. Su designación se aprobó por exclusiva mayoría oficialista. Ahora aspira a sumar a su cargo la coordinación de las áreas de Cultura y Deporte. Serían tres funciones para alguien que tiene una historia en la que el interés privado siempre estuvo por delante del interés público.

A poco de empezar la temporada, parecía volver a repetirse una película que vemos todos los años: los concesionarios de los balnearios avanzan con su negocio sobre el espacio público y los vecinos realizan sombrilleadas para reclamar su derecho a disfrutar de la playa sin tener que pagarles por eso. Generalmente, las protestas activan los controles del municipio, que generalmente se desactivan tan pronto como el tema deja de estar en los medios de comunicación.


Pero este año pasó algo diferente.

En primer lugar, la sombrilleada se trasladó de las playas del Sur a las puertas del Municipio. En segundo lugar, un particular presentó un recurso de amparo, logrando que un juez dicte una medida cautelar que obliga a los balnearios a otorgar “ingreso irrestricto” al sector público de las playas. Y en tercer lugar, la Municipalidad, en vez de activar los controles para contener el abuso de los concesionarios, sorprendentemente apeló la medida judicial, posicionándose en contra de la ciudadanía y a favor de los administradores privados de los balnearios.

Todo esto ocurre cuando al frente del Ente Municipal de Turismo (Emtur) acaba de ser nombrado el referente de PRO local, Emiliano Giri, quien hasta hace poco ha estado a cargo de la explotación de una de las playas cuestionadas: el balneario Mariano.

El caso de Giri en el gabinete del intendente Carlos Arroyo es emblemático, y permite analizar las tensiones que irremediablemente existen en los casos en los que la labor empresarial y la labor pública se funden en una orgía en la que sólo algunos tienen el privilegio del goce.

Quien fue el jefe de campaña de Cambiemos, asegura que su acuerdo con el intendente le otorgará, dentro del nuevo gabinete, la coordinación de los Entes de Turismo y Cultura (esta última dejaría de ser Secretaría) y el Ente de Deportes. Para ello, el Concejo Deliberante deberá aprobar la unificación.

Mientras esto ocurre, veamos algunas experiencias de Giri en cada una de las tres áreas.



Deportes
“Estamos trabajando mucho porque analizamos todos los antecedentes, hacia delante y hacia atrás. No es una tarea fácil, es una tarea de ajedrez”

(Carlos Arroyo, días antes de anunciar su Gabinete)



Para deporte, el golf
Emiliano Giri nació en Mar del Plata en 1974 y se quedó en la ciudad hasta que la crisis neoliberal lo empujó a irse del país. En su biografía de Facebook lo explica así: “Mi desempeño y actitud me llevaron a querer siempre más y por eso en el año 2000 como miles de marplatenses emigré a la Ciudad de Valencia – España”.

La diferencia con los otros miles de marplatenses es que antes de irse se había casado con Silvana Fernández, la sobrina del millonario Francisco Roig, uno de los empresarios más poderosos de la Comunidad Valenciana, ex presidente del club de fútbol Valencia y titular del Roig Grupo Corporativo. Una suerte de Florencio Aldrey Iglesias, pero del otro lado del charco.

Por esa razón, al llegar a Valencia, Giri rápidamente consiguió trabajo en la empresa del tío.

Y ahí es cuando aparece el golf.

Campos por campos
“Fueron años vibrantes, desarrollé mi carrera laboral en Roig Grupo Corporativo llegando a dirigir la compañía para toda Latinoamérica, permitiéndome incrementar mi experiencia en gestión a través de los diferentes desafíos que se presentaban dentro de la empresa”, continúa en su breve reseña autobiográfica.

La representación del grupo fuera de España llegó sobre la etapa final. De hecho, una de sus últimas tareas fue intentar ingresar un proyecto de iniciativa privada para construir un mega-shopping en la exTerminal de Omnibus de Mar del Plata, proyecto que perdió la carrera con Florencio Aldrey Iglesias y su Paseo Aldrey. En aquella oportunidad, Giri reconoció que su lobby fue insuficiente: “Indiscutiblemente uno de los dos proyectos ha tenido mucha más capacidad de lobby que el otro”, declaró en una entrevista con Víctor Hugo Morales. Esa fue una de las últimas gestiones que realizó para el Grupo.

Pero diez años antes de todo eso, cuando su vida aún transcurría en España, uno de los desafíos más importantes que tuvo que enfrentar fue un ambicioso proyecto anunciado con bombos y platillos por el tío rico. “De la mano de la hierba del golf viene una nueva riqueza”, declaró Francisco Roig al periódico Expansión al presentarlo.

En la foto que acompaña la nota, al magnate lo acompañan un jóven Emiliano Giri, junto a Andrés Morata (cuñado de Roig) y Alfonso Roig (su hijo).

Ese 24 de mayo de 2005, el jefe de Roig Grupo Corporativo anunció el desarrollo de 10 campos de golf en la Comunidad Valenciana y presentó lo que pretendía ser el primero de los proyectos inmobiliarios, pensado para el municipio Sanet i Els Negrals, en la comarca Marina Alta. El mega-emprendimiento, que contaba con el acuerdo del alcalde del conservador Partido Popular (PP), Pascual Riera, incluía un campo de golf y 1.500 viviendas en una pequeña localidad agrícola de tan solo 600 habitantes. El complejo deportivo-turístico pretendía levantarse sobre 1,5 millones de metros cuadrados de tierra.

Pero había un solo problema: los 600 habitantes.

Giri II

Naranjas o pelotas de golf
El grupo formó una Sociedad Agraria Transitoria llamada La Marina Golf de Sanet, integrada por miembros de la familia de Roig, entre ellos Emiliano Giri, quien además sería designado gerente y tendría a su cargo una tarea específica: convencer a los habitantes de Sanet de que les convenía más el golf que la producción de cítricos (la principal actividad del pueblo). El objetivo: que vendan sus tierras a la corporación Roig, para transformar ese pueblo rural en un proyecto turístico privado alrededor de un gran campo de golf. Frente a los cuestionamientos por el alto consumo de recursos hídricos que implicaba el proyecto, Giri sostenía en los medios que “el riego de campos de golf requiere de menos agua que los proyectos agrícolas”.

La batalla era desigual: Giri tenía detrás al millonario Roig Grupo Corporativo, el asesoramiento de la consultora norteamericana Buena Vista Hospitality Group y el acuerdo del Alcalde de Sanet. Los 600 habitantes del pueblo, en cambio, estaban —o parecían estar— solos.

Salvem Sanet
Los pobladores de Sanet decidieron enfrentar el proyecto. No pensaron en lo que tenían enfrente, pensaron en sus vidas. Así es que salieron a la calle a pegar carteles en los naranjos y a tratar de organizarse con sus vecinos. El pueblo amaneció inundado de afiches que decían “No queremos ser arrancados por un campo de golf”, “No queremos ser vendidos” y “Somos una fábrica de oxígeno y vitamina C”, entre otras consignas. Al poco tiempo, se organizó una asamblea bajo el lema “Salvem Sanet” (que traducido del valenciano/catalán quiere decir “Salvemos a Sanet”), desde donde se impulsaron importantes manifestaciones para oponerse al proyecto.

Mientras tanto, Emiliano Giri hacía desesperadas declaraciones a los medios para que el emprendimiento no se frene. Así lo reflejó el diario El País de España: «El gerente de la promotora aseguró que dos tercios de los vecinos del municipio “están con el proyecto” porque han vendido sus tierras o se han adherido. Giri reconoció que existe otro tercio que no está con ellos, pero precisó que las puertas de la Sociedad “siguen abiertas” para ese colectivo. “Ellos tienen todo el derecho a decir lo que quieran, pero el resto del pueblo también”, subrayó el gerente».

Contra todos los pronósticos, la lucha de los vecinos de Sanet venció los millones de euros, el poder de lobby y los espejitos de colores del Grupo Roig. El ejemplo se desparramó como la pólvora y a la plataforma Salvem Sanet se sumaron Salvem Segaria-Vinyah, Salvem la Bossarta Carcarxent, entre muchos otras asambleas de pueblos atacados por los mega-proyectos de golf.

La presión fue tan importante, que desde una coordinación de las asambleas vecinales lograron hacer llegar su reclamo hasta la Unión Europea. El diario El Mundo tituló la noticia así: “Afectados por los campos de golf ultiman un informe sobre los abusos para la Unión Europea”.

El diario El País anunciaba que la Asociación Valenciana en Defensa de los Derechos Humanos Medioambientales y en contra de los Abusos Urbanísticos “consiguió una movilización diplomática internacional sin precedentes. Más de una decena de embajadores de países de la Unión Europea y del Canadá el año pasado se dirigieron a la Unión Europea solicitando que abriera una investigación oficial sobre estos casos de abusos urbanísticos. El Parlamento Europeo creó una comisión de europarlamentarios que se desplazaron a las zonas afectadas para entrevistarse con los residentes”.

Respecto del proyecto en Sanet, la presión logró que los concejales socialistas, e incluso los del PP (en contra de la orden de su propio intendente) votaran en contra de la iniciativa, lo que dio por desechado el proyecto de Giri y el Grupo Roig, en favor de los pobladores.

Giri III

La vuelta a casa
Luego de algunos años —en los que desarrolló más gestiones para el Grupo, incluyendo una breve residencia en México para impulsar negocios de Roig en América Latina— Emiliano Giri volvió a Mar del Plata, en primer lugar, a hacer o fortalecer algunos negocios (la empresa Ripsa pagos, la concesión de la playa Mariano, el proyecto para la concesión de la exTerminal, entre otros). Más tarde lanzó su carrera política aspirando a ser intendente: “Quiero una ciudad que recupere sus valores. Queremos acercar la propuesta de cambio que propone Mauricio Macri”.

Lo de después es conocido: bajó su candidatura para ser jefe de campaña de Carlos Arroyo, quien ganó la elección de octubre y decidió, con el apoyo de los concejales de Cambiemos, designarlo al frente del Ente de Turismo de la ciudad.



Turismo.
“Van a estar los mejores. Los que más le convengan a Mar del Plata”

(Carlos Arroyo, sobre la conformación de su Gabinete)



La erosión causó dos nuevas muertes
Cuando organizaciones sociales, vecinales y medioambientales denunciaron la falta de espacio público en los balnearios de la ciudad, apuntaron entre muchas otras a la playa Mariano, una Unidad Turística Fiscal (UTF) de dominio público, concesionada en 2008 por la firma Playa Azul SA, cuyos accionistas son Esteban Giri, Jorge Giri, Juan Martín Boubee (los tres familiares del actual titular de Turismo), junto a Gerardo Piacentini. El gerente y representante de la nueva concesión, tal como lo demuestran las crónicas de ese momento, era Emiliano Giri.

La paradoja, ahora que Giri ha sido designado presidente del Emtur, es que frente a incumplimientos del contrato de concesión por parte de este balneario, quien deberá controlarlo será… él mismo.

El funcionario intentó defenderse de las críticas recibidas señalando que ya no tiene intereses en el balneario porque renunció; que ahora la administración ya no está a su cargo, sino de sus familiares. Y para avivar las dudas sobre la difícil tensión existente entre intereses privados y públicos, agregó que la culpa de lo que denuncian no la tienen los administradores de la playa. Fue en entrevistas concedidas a medios locales, en las vísperas de una sombrilleada de protesta. Allí lanzó el más audaz de sus argumentos: que fue la erosión costera, y no su familia, quién le sacó el espacio público a los vecinos y turistas.

Ser juez y parte
A pocos días de este primer embate, Giri recibió otros, no ya de los vecinos, sino de los concejales de la oposición, quienes cuestionaron su designación al frente del Emtur. El exjefe de campaña de Cambiemos, había sido nombrado por el intendente Arroyo ad referendum del Concejo Deliberante, que debió ratificarlo en su primera sesión del año.

“Estamos frente a un caso en el cual además de existir una clara incompatibilidad legal hay una clara inhabilidad ética”, sostuvo el concejal del Frente Renovador Alejandro Carrancio, quien preside la comisión de Turismo del Concejo Deliberante. “Nos parece que estamos ante el caso de una persona que, a través de su familia y de su trabajo, atiende de los dos lados del mostrador”, sumó el concejal del Frente para la Victoria Marcos Gutiérrez.

Lo que empezó cuestionando su doble función como titular de Turismo y concesionario de Mariano se amplió luego a otras actividades privadas de Giri en empresas que también mantienen vínculos contractuales con el Municipio. Es el caso de Ripsa pagos, en convenio para el cobro de Tasas municipales, y de una cochera en la zona de Playa Grande. El concejal de Acción Marplatense Hector Rosso agregó dos empresas más en las que participaría Giri y colisionarían con su carácter de funcionario: Prestanet, habilitada para otorgar préstamos al personal municipal, y Prosegur, dedicada al transporte de caudales. “Este pliego merece consideraciones especiales”, pidió, y cuestionó que aún “no se presentó documentación que lo desvincule de las firmas”.

Los concejales de Cambiemos defendieron a Giri e impusieron su mayoría para avalarlo en el cargo, aún en contra de toda la oposición: Acción Marplatense, el Frente para la Victoria y el Frente Renovador –a excepción del massista Cristian Azcona que se abstuvo– votaron en contra.

Así, por 12 votos contra 11, Emiliano Giri fue nombrado responsable de Turismo de Mar del Plata.

Votos contra leyes
El artículo 6 del Decreto Ley 6769/58 establece prohibiciones que afectan a concejales y funcionarios, cuando sus actividades privadas puedan comprometer su independencia de criterio:

“No se admitirán como miembros de la Municipalidad (…) los que directa o indirectamente estén interesados en algún contrato en que la Municipalidad sea parte, quedando comprendidos los miembros de las sociedades civiles y comerciales, directores, administradores, gerentes, factores o habilitados…”.

Por esta razón, para quienes lo cuestionan, no hay dudas de que Emiliano Giri está “directa” (por participar de las empresas) o “indirectamente” (por habérselas cedido a familiares directos) “interesado en contratos de la Municipalidad”.

Defensa
Uno de los defensores de Emiliano Giri fue el concejal radical Nicolás Maiorano, integrante de la bancada oficialista, quien acusó a la oposición de “ensañarse” con su compañero. Lo llamativo es que hace sólo seis meses –en el marco de las Paso en las que Cambiemos decidía su candidato a intendente–, Maiorano denunció a Giri en medios de prensa: “El grupo que representa Giri ha sabido mantener sus negocios vinculados a la Municipalidad. Se han presentado en la última licitación de Playa Grande por el tema de la cochera. Inclusive Ripsa mantiene hoy en día las cajas que están dentro de la Municipalidad con su propio personal, y seguramente, debe haber algunos otros negocios que todavía no salieron a la luz pero que si uno se pusiera a escarbar un poco, en la administración municipal, empezarían a aparecer”.

En primera persona
La entrevista telefónica no arranca bien: “No voy a hacer declaraciones sobre las polémicas. El Concejo Deliberante aprobó por 12 a 11 el pliego. No tengo nada que decir”.

Emiliano Giri habla tranquilo, pausado, busca ser claro, trata de no perder el control.

—¿Qué pensás de que se ubiquen en lugares claves del Estado a personas que vienen de la actividad privada?

—Yo creo que mientras no haya incompatibilidad es algo positivo. Me parece bien que la gente que ha sido exitosa en el sector privado tenga voluntad de involucrarse en lo público.

—¿Y por qué un funcionario que mantiene vínculos con empresas no va a pensar en beneficiar su interés particular por sobre el interés social? Por ejemplo, Christian Rabe es subsecretario de Cultura y productor teatral…

—Rabe ya no produce más. Produjo un espectáculo infantil en vacaciones de invierno. Pero ya no lo hace más, porque entre otras cosas asumió como subsecretario; por lo tanto dejó la actividad. Eligió ser funcionario político, tuvo que elegir.

—¿Entonces coincidís en que los empresarios que se convierten en funcionarios deberían elegir una cosa o la otra?

—En el momento en que vos pasás de lo privado a lo público, elegís: voy a hacer función pública, voy a dejar la actividad privada para dedicarme a lo público.

—Pero vos seguís con tu actividad en el sector privado…

—Yo no sigo con ninguna actividad en el sector privado. Yo renuncié a la empresa familiar y ya no me dedico a la actividad privada en absoluto. Con qué sigo, ¿a ver?

—Vos decís que dejaste los negocios en manos de la Sociedad que controla tu familia. Uno puede creer que ellos para vos representan también un “interés personal”. Por ejemplo, una cosa sería que rescindas la concesión de la empresa Mariano con el Municipio, y otra es que dejes la administración a tu familia. En ese caso, la lógica indicaría que el interés personal sigue…

—Yo nunca participé de la sociedad de Mariano. Nunca. Trabajé en Mariano, sí.

—Pero en 2011, cuando se inauguró, el que sale en la foto con el intendente Gustavo Pulti sos vos.

—Estaba a cargo de la operación del negocio, sí. Pero no es una empresa mía.

—¿Entonces por qué eras el único que estaba en esa foto?

—Porque era el gerente del balneario. Es lo mismo cuando fui gerente regional de Ripsa. No lo voy a negar, no voy a negar de dónde vengo. Pero eso le pertenece a una Sociedad.

—¿Pero si vos sos gerente no sos parte interesada?

—No, sos empleado. El gerente es un empleado.

—¿O sea que vos eras empleado de tu familia?

—Fui gerente de Mariano hasta hace un año atrás, que en realidad no tenía cargo porque era un gerente informal. Y era, sí, gerente regional de Ripsa, que es una empresa familiar a la que presenté la renuncia cuando el intendente me ofreció hacerme cargo del área de Turismo.



Giri ahora hace una pausa, parece acomodarse, y entonces dice: “Yo te voy a decir lo que me parece”. Lo que sigue a ese prólogo es una suerte de teoría sobre lo que para él sería un necesario equilibrio entre los años menemistas y los años kirchneristas:

“Hay una concepción en la Argentina en que pareciera que venir del sector privado está mal. Lo asocian a los 90. Y yo creo que hay que buscar una síntesis entre lo que pasó en los 90 y lo que pasó en el 2000. Ni el extremo de que todo lo privado es bueno, ni el extremo de que todo lo estatal es bueno”.

Por último se refiere a quienes dan el salto de lo privado a lo público. Aún cuando su cabeza pudiera ponerse en juego, dice con seguridad: “En el momento en que demuestren que hay incompatibilidad o que estén participando a una empresa de la que ellos hayan participado, habrá que repensarlo y echarlos a la mierda”.

Fin del tema. Ahora hablemos de Cultura.



Cultura
“Fue una noche mágica, como dice la canción”

(Emiliano Giri, el día después del triunfo de Cambiemos en las elecciones de octubre de 2015)

Giri reconoce dos cosas: que quiere absorber en su Ente a la Secretaría de Cultura y que  su experiencia en esa materia no es mucha.

Si conoce a gente vinculada a la actividad artística, es porque a fines de los 90 fue empleado municipal y cumplía funciones de cajero en la boletería del Teatro Colón, junto a Christian Rabe (a quien Arroyo designó como subsecretario de Cultura de su gestión).

En esa época, Giri aún no tenía mucho dinero, quizás por eso no se lo ocurrió producir un espectáculo. Cuando sí se le ocurrió, fue cuando regresó de su experiencia con el grupo Roig en España. Por eso apenas llegó se sentó con Manuel González Gil y Guillermo Fernández para coproducir con ellos Un amor de tango, en el Teatro Colón.

“Nos fue como el orto”, reconoce.

Del otro lado del teléfono se escucha una breve pausa, y continúa: “Fue la única experiencia que tuve produciendo un espectáculo. Nunca más. Justo fue la temporada en que Scioli metió de lunes a lunes los recitales en la costa y a todos nos fue mal”.

—¿Te parecen un problema las actividades gratuitas para los espectáculos de producción privada?

—Por esa razón a nuestro Festival “Cultura en Verano” (donde tocaron gratis Airbag, Tan Bionica, Los Nocheros y Valeria Linch) lo hicimos en Parque Camet, para sacarlo del centro. Y lo hicimos un domingo, que son los días con menos recaudación, y un lunes, que en general los elencos descansan. Todo eso se pensó para que no hubiera competencia desleal.

—¿La línea de Macri de achicar gastos del Estado, va a afectar la gratuidad de las actividades culturales que se vienen realizando en estos años?

—Nosotros estamos dando un ejemplo claro de la gratuidad de los espectáculos. Eso sigue.

—¿Y en Provincia y Nación?

—También. Yo hablé con (el ministro de Cultura bonaerense) Alejandro Gómez y la idea de la Provincia para el Auditorium es trabajar con espectáculos tipo el San Martín de Buenos Aires: con bajos costos o gratuitos.

—Pero el Teatro San Martín en los últimos años fue muy criticado por artistas que afirman que ha habido un vaciamiento.

—El San Martín ha sido un lujo con la gestión de Lombardi. Lo pusieron en valor, lo arreglaron todo. Hay obras de teatro que son una maravilla por 40 pesos.

—¿Te parece un buen modelo?

—A mi me encantaría que del teatro Auditorium pudiéramos decir que es como el Teatro General San Martín de Buenos Aires. Sería un lujo dentro de cuatro años que Marcelo Marán, que no tengo dudas de que es un tipo recontra capaz, deje un trabajo de ese estilo. Marán ha hecho una gran labor cuando estuvo como secretario de Cultura del municipio y fijate que es de los que demostró que se puede uno volcar a la actividad privada y hacer cosas positivas; porque un lugar que hubiera terminado en el bolishopping, como el Radio City-Roxi, lo terminó poniendo en valor y hoy son salas que tienen actividad cultural todo el año.



Fue la parte menos trascendente de la entrevista, pero al cortar el teléfono quedó sobrevolando esa sola expresión. Sonaba como un eco lánguido de xenofobia inconfesa.

El futuro presidente del Ente de Turismo y Cultura acababa de celebrar que un espacio de arte de la ciudad no termine como un “bolishopping”, en referencia al en realidad llamado “Shopping Peatonal”. La expresión es conocida. Es el modo despectivo que usan los sectores acomodados de Mar del Plata para referirse al centro comercial más popular que tiene la ciudad.

Lo privado es político

Como vimos, cuando el alcalde de Sanet intentó privilegiar los intereses de un poderoso grupo económico, por sobre los intereses de los 600 habitantes que lo habían elegido, descubrió –con la gente en la calle y reclamos que llegaron hasta la Unión Europea– que el voto nunca es un cheque en blanco.

La experiencia histórica tiene muchos más ejemplos como éste. Los pueblos saben bien poner un límite cuando a los empresarios lo público se les confunde con lo privado. Y es sabido que a muchos les pasa.

De todos modos, para ser justos, no habría que generalizar. Nadie puede asegurar que los empresarios-funcionarios, que tanto abundan hoy en día, vayan a mezclar indefectiblemente lo privado con lo político.

Habrá que dejarles el beneficio de la duda y a la vez confiar en que, llegado el caso y de ser necesario, es probable que hasta en Valencia resuene un “Salvem Mar del Plata”.

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