Con las 20.012 armas de fuego que fueron destruidas hoy en la sede del Banco Nacional de Materiales Controlados (BANMAC), el Registro Nacional de Armas (RENAR) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ya sacó de circulación un total de 292.366 dispositivos de distinto calibre y más de un millón de municiones.
En el acto, que tuvo lugar eta mañana en el predio del BANMAC, ubicado en el partido de San Martín, estuvieron, entre otros, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el secretario general de la Presidencia, Eduardo de Pedro; el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak; el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión Registral, Esteban De Gracia; el titular del RENAR, Matías Molle; el intendente del distrito, Gabriel Katopodis, y el ministro de Justicia provincial, Ricardo Casal.
Las armas destruidas en la sede del BANMAC -el depósito de armas, municiones y explosivos más grande del país que fue inaugurado el pasado mes de abril por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner- fueron recolectadas a través del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, como así también por medio de la Ley 25.938, que comprende a las armas secuestradas por las fuerzas de seguridad en el marco de procesos judiciales.
El gobernador Scioli destacó “el trabajo conjunto y coordinado desarrollado por los estados nacional y provincial” en favor del desarme civil y subrayó “la necesidad de seguir profundizando este programa en simultáneo con las políticas de inclusión, que representan la herramienta más eficiente para la construcción de una sociedad segura y pacífica”.
Por su parte, el ministro Alak explicó que el Plan “responde a una política integral de control, prevención y eliminación de la violencia armada a partir del desarme de la sociedad civil”. “Tenemos la convicción de que tener un arma en casa representa un peligro para el dueño y su familia y no una protección”, agregó, y sostuvo que Argentina “es líder mundial en destrucción de armas”.
En ese sentido, Molle recordó que el Plan Nacional de Desarme es pionero en la región, recibió elogios del Mercosur y también fue galardonado en 2013, en Nueva York, con el premio “Política del Futuro 2013”, una distinción que otorgan la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (ONU), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria. Y resaltó que “éste es el Gobierno que más armas eliminó en toda la historia de la Argentina”.
La política de desarme civil se puso en marcha en 2007 por iniciativa del ex presidente Néstor Kirchner y el apoyo de organizaciones de la sociedad civil que impulsan políticas de reducción del circulante de armas.
El Programa consiste en la entrega voluntaria y anónima, por parte de particulares, de armas de fuego y municiones a cambio de un incentivo que varía entre los 500 y los 2.000 pesos, según el tipo y calibre del arma entregada. Luego, son inmediatamente inutilizadas con una prensa hidráulica hasta su destrucción definitiva.
En el momento de la recepción se toma el número de serie, tipo y calibre, y se los coteja con el registro interno. Las armas relacionadas con procesos judiciales pendientes son separadas, y quedan sujetas a los procesos administrativos correspondientes.
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