Hace 40 años el peronismo volvía a ser gobierno después de tantos años de proscripción y lo hacía de la mano del pueblo. Pocos movimientos y partidos viven con intensidad su historia y su presente y no sólo me refiero a la Argentina, también a lo que acaece en el mundo contemporáneo.
El 11 de marzo de 1973 fue una de las jornadas que nuestro pueblo vivió con mayor expectativa. Al respecto, quiero expresar mi reconocimiento, en primer lugar, al rol de los partidos políticos que durante el último tramo de la gestión de Lanusse generaron uno de los mayores consensos en nuestra patria, para llevar adelante con mucha transparencia el acto eleccionario del 11 de marzo de 1973, y provocaron en noviembre del año anterior el retorno del general Perón a la patria después de 18 años de exilio.
Pero además quiero hacer un reconocimiento a todas las juventudes políticas que en el último tramo de la dictadura de Lanusse llevaron adelante el proceso de mayor participación y protagonismo de la juventud argentina hasta la fecha.
Pocos movimientos y partidos viven con intensidad su historia y su presente. Los peronistas estamos orgullosos de poder hablar de nuestras historias, mantenemos vivos nuestros líderes (Perón, Evita, Néstor), nuestros caídos, detenidos desaparecidos y, obviamente, siempre echamos mano a nuestras fechas formadoras y fundacionales: Octubre del 45, Noviembre del Retorno y la Militancia, por situar tan solo a los hechos políticos sociales de masas más determinantes y que aún nos conducen.
El 11 de marzo también significa un hito que sigue marcando y convocando; de ahí su importancia y, de hecho, su impronta para los peronistas leales que seguimos fieles al ideario nacional, popular, revolucionario, de liberación y transformaciones permanentes.
Marzo y el hecho electoral más significativo, que rescató la democracia después de 18 años, tendría que ser avalado y recordado por otros sectores y partidos. Fueron las elecciones más limpias, masivas y comprometidas de nuestra sociedad. Y volvimos a ganar la democracia. Pero además significó la etapa más ideológica, programática y de definiciones de proyectos, que contó con el más alto nivel de participación y protagonismo de todos los argentinos.
Las urnas no sólo marcaron el triunfo de candidatos y de los frentes sino determinaron un salto en calidad en ideas y paradigmas que pusieron en el escenario a los verdaderos protagonistas: las masas, el pueblo, la juventud, los trabajadores, los sectores de la producción nacional. Seguimos siendo parte de esa historia, de ese legado, de esa construcción, que hoy política y culturalmente demuestra gran vigencia para entender nuestras problemáticas, contradicciones, soluciones y definiciones en Argentina y en el mundo.
Octubre, noviembre y marzo tienen una significación que hoy siguen vivas y nos gobiernan. Néstor y Cristina son la síntesis más clara de toda esta historia que continúa. Y dado lo impulsado desde 2003 a la fecha, me animo a afirmar que hay cuerda para rato. Marzo se cortó por el golpe del 76, pero las luchas e historias generaron lo nuevo y demostraron que el paradigma de lo nacional y popular sigue vigente.
Hoy ese paradigma está en marcha, lo apuntaló Néstor, lo sigue Cristina y los de buena memoria y convicciones tenemos que estar a la altura de las circunstancias, acompañando a Cristina, fortaleciendo la identidad y haciendo de Argentina una nación de soberanía plena, justicia social e independencia económica, como nos siguen marcando Octubre, Noviembre y este Marzo que reivindicamos.
Fuente: www.cada17.com
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