Por Carlos Aletto
El escándalo del magistrado Francisco Horacio de las Carreras quien fue denunciado por viajar a Miami invitado por el Grupo Clarín no termina en la irregularidad de que es el mismo camarista que tiene que decidir la constitucionalidad de dos artículos de la Ley de Medios.
Como es común hoy en día este escándalo se extendió a la red. La esposa del magistrado, Mercedes Novaro Hueyo, en su cuenta de Facebook manifiesta públicamente su odio al gobierno nacional, en general, y a la presidenta, en particular.
El 26 de agosto de 2010, haciendo una analogía con los sucesos en Chile, escribe en su muro: "una mina de mierda tiene paralizada a la argentina" e, incluso, el 24 de septiembre de este año escribió: "Chau... Me voy a rezar el ROSARIO. Siento que la oración y el cacerolazo son mis únicas ARMAS para luchar contra este gobierno."
La otra particularidad de este escándalo aparece en la página web del Grupo Clarín. En el sitio se muestra la documentación en la que el juez Francisco Horacio de las Carreras ya participó de un fallo favorable al "Multimedio" con respecto a una medida cautelar del artículo 161.
A su vez, en este mismo portal (en la sección "disparates") el Grupo Clarín salió a hacer una desmentida diciendo que con la denuncia solo se busca "la intervención de jueces afines al Gobierno." Pero la breve desmentida omite decir que el juez —quien cuenta con un interesante abolengo: es descendiente directo de los Mansilla y su tatarabuelo fue el primer Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina— ya había favorecido al holding empresarial. Este fallo fue anulado por la Corte Suprema de Justicia — donde el hijo del denunciado, Matías de las Carreras Novaro es secretario privado del miembro de la Corte, Carlos Santiago Fayt— estableciendo la constitucionalidad de la ley y la fecha límite del 7 de diciembre para adecuarse a la misma.
Si en realidad todos los gastos del viaje fueron solventados por el Grupo Clarín estaríamos ante un hecho grave de corrupción, porque el invitado ya falló el año pasado a favor de Clarín y ahora debe participar de una decisión trascendental para la democratización de los medios. Por este motivo, cuando su esposa señala que las únicas ARMAS para luchar contra el gobierno son la oración y el cacerolazo, puede sumar una mucha más poderosa: la participación activa de su esposo a favor de los intereses corporativos del Grupo Clarín.
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