Así lo aseguraron comerciantes de las calles 12 de Octubre y Magallanes, quienes indicaron que a partir de la situación peligran muchos puestos de trabajo y advirtieron que la recuperación del consumo será “muy lenta”
Desde que se desató el conflicto que afecta a cientos de familias que trabajan en el Puerto de Mar del Plata, la caída en el nivel de ventas en la zona fue progresiva. La actividad y la recaudación, según advierten los comerciantes, cayó cerca de un 50% en menos de cuatro meses y en algunos casos peligran puestos de trabajo.
El nivel histórico de consumo que caracteriza a las calles 12 de Octubre y Magallanes dista considerablemente de la realidad que actualmente se observa en el lugar, y los comerciantes esperan que se destrabe lo antes posible el conflicto que persiste en la industria portuaria para iniciar una “muy lenta recuperación” de su caudal de ventas.
Quienes desde hace varios años conservan su local en la zona aseguran que se trata de un proceso “cíclico” que se ha visto otras veces en el marco de conflictos empresariales, sindicales y políticos que tuvieron lugar años atrás, y es debido a esta experiencia que señalan que “igualmente cuando todo se resuelva, va a demorar bastante en estabilizarse la economía del barrio, porque siempre fue así”.
Algunos comerciantes eligen utilizar la palabra “crisis” para referirse al momento por el que atraviesan, debido a que sostienen que su nivel de ventas decayó alrededor de un 50%, sobre todo desde los últimos dos meses, aunque advierten que la actividad comenzó a mermar en forma progresiva a partir de marzo.
La mayoría de los rubros se vio afectada por la caída en el consumo, producto de la falta de efectivo y de la puja salarial que vienen manteniendo los marineros con el empresariado y el Gobierno nacional.
En los locales abocados a la venta de indumentaria que funcionan sobre la calle 12 de Octubre, la principal arteria comercial de la zona del Puerto, las ventas presentan una caída de entre el 30 y el 50% en comparación a los primeros meses del año y al mismo período del 2011.
Si bien muchos comerciantes ya tienen armada su clientela, durante los últimos meses se vieron damnificados por la delicada situación por la que atraviesan las familias de la industria portuaria.
“Son altibajos que hay en esta zona, es algo cíclico a lo que lamentablemente estamos acostumbrados, pero se siente en las ventas lo que está pasando”, indicó Martín, titular de un comercio de este rubro con larga trayectoria en la zona.
Para Javier, comerciante con varios años de experiencia en el Puerto dentro de la venta de calzado deportivo, “la recaudación cayó un 50% o más”. “La sufrimos todos, pero los que tienen un respaldo la pueden aguantar más. A los que están hace poco se les hace muy difícil mantenerse”, indicó.
Es que si hay una característica que los comerciantes destacan de los trabajadores del Puerto, es su inclinación por el consumo. “La gente se embarca o trabaja todo el día y después viene a gastar, a comprar cosas para su hogar o su familia. Es un ida y vuelta”, sostuvo Agostina, empleada de un local de electrodomésticos en el que las ventas “bajaron un 50% o quizás más”.
Miriam, encargada de otro local de este mismo rubro, coincidió con la cifra y explicó que “al no haber efectivo y tampoco estabilidad económica para pagar en cuotas un artículo -porque se utiliza mucho el sistema de crédito-, bajaron mucho las ventas y eso pone en riesgo puestos de trabajo”.
Exactamente lo mismo ocurre entre los taxistas. En la parada más concurrida de la zona, ubicada en la intersección de 12 de Octubre y avenida Edison, unos pocos vehículos conforman la fila que habitualmente suele estar llena de taxis.
Luis, un trabajador del volante que desde hace más de 30 años acostumbra parar allí, aseguró que “antes los viajes salían todo el tiempo, pero desde que arrancó el problema en el Puerto se paró el trabajo casi un 50%”.
“Ya igual estamos un poco acostumbrados porque cada tanto hay este tipo de ‘parate’, pero igual se hace difícil porque la recaudación baja muchísimo. Ojalá se resuelva pronto por el bien de todos”, completó.
APOYO A LOS TRABAJADORES
“El Puerto no es el centro, no es lo mismo que el resto de Mar del Plata”, aseguró uno de los comerciantes damnificados al referirse a la “fidelidad” de los trabajadores de la industria portuaria, quienes “eligen comprar casi todo acá en la zona”.
Es precisamente debido al vínculo que los une con las familias que trabajan en el sector que los comerciantes esperan ansiosos que se destrabe el conflicto, pero nadie -al menos públicamente- exige que se levante en forma sistemática la medida de fuerza, sino que por el contrario entienden el reclamo y consideran que la solución “tiene que salir de la boca de los empresarios y del Gobierno”.
A pesar de la caída progresiva en las ventas, quienes conservan su local en el corredor comercial del Puerto aseguran comprender a los marineros e incluso están perfectamente informados acerca del avance de las negociaciones, de los ofrecimientos salariales rechazados y de los puntos del reclamo del Sindicato Marítimo de Pescadores (Simape).
Un claro ejemplo es el de Pablo, otro de los comerciantes -encargado de un polirrubro-, quien al respecto manifestó: “Sabemos bien como son estas cosas porque lamentablemente es normal que haya conflictos de este tipo en el Puerto. Pero el Gobierno tiene que entender el daño que está haciendo si no llegan las soluciones, porque en definitiva todos salimos perjudicados directa o indirectamente y eso no le hace bien al Puerto, ni a la ciudad ni al país”.
Fuente: Diario El Atlántico
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