A sólo quince minutos de la ciudad, la Laguna y Sierra de los Padres integran un paseo destinado a toda la familia, con actividades para todos los gustos y bolsillos. Otra de las opciones que presenta Mar del Plata.
La Sierra de los Padres constituye uno de los oasis verdes de la ciudad, a poco más de 20 kilómetros por la ruta 226, integrando naturaleza, actividades ociosas para todas las edades y un variado menú gastronómico.
A la vera de la calle principal, que une la ruta con la entrada al barrio, existen múltiples negocios y puestos que ofrecen productos naturales, frutas, verduras y hortalizas, generados en las quintas de la zona, al igual que la miel.
En el camino principal también se encuentra el Zoo El Paraíso, un espacio de reproducción y crianza de animales autóctonos, exóticos y de granja que está emplazado en una reserva botánica que genera un microclima especial para el desarrollo de arrayanes y guayabos frutales.
Ayer, familias enteras disfrutaron del paseo por el zoológico, donde además está permitido almorzar en las mesas instaladas en el cuidado lugar.
A pocos metros del arco de ingreso al barrio se emplaza la "Casa de los Pavos Reales", un emprendimiento que cuenta con 300 pavos reales azules y blancos y un criadero de faisanes, ñandúes, perdices griegas, gallinetas de Guinea y animales de granja, entre otros.
Se realizan visitas guiadas y se venden productos artesanales.
Rumbo a la sierra, el camino zigzagueante, oscila entre cabañas, casas con más de 20 años -que son las menos- y numerosos comercios que dan forma a un variado centro comercial que cuenta con supermercado, rotisería, heladería, casas de accesorios y ropa deportiva.
La ruta ascendente va conduciendo al visitante hacia la cumbre, mientras que a ambos lados de la arteria se pueden observar numerosas construcciones que se van sumando a las existentes.
A mitad de camino, entre la cumbre y la base, se encuentra la Gruta de los Pañuelos, una cueva natural emplazada entre la piedra que contiene la imagen de la Virgen. La leyenda cuenta que ante una promesa cumplida, varias décadas atrás, la beneficiada del don cumplió con el ritual de instalar un pañuelo y la ceremonia hoy se extiende a varios miles de ellos. También hay algunas plaquitas de agradecimiento.
Siguiendo el camino, se llega a la cumbre, que desde hace unos años ostenta un centro comercial -construido en piedra y madera- que congrega a comercios de todo tipo, desde heladerías, chocolaterías, dulces caseros y cafetería hasta venta de suéters y ropa de campo.
Allí también hay varios establecimientos gastronómicos, desde tradicionales restaurantes que cuentan con menú que incluye ciervo y conejo, hasta fast food.
De nuevo en la base, las opciones para el ocio incluyen alquiler de caballos "mansos y tranquilos, que se dejan tratar", y para los más activos y mayores de 13 años funciona el paintball, una simulación de guerra con balas de pintura en medio del bosque natural.
Yendo desde Mar del Plata, unos 7 kilómetros antes de llegar a la Sierra, está la Laguna de los Padres, otro paseo imperdible con naturaleza, museo y sitios históricos y hasta la pista de canotaje utilizada por los remeros que ahora están en Londres para competir en los Juegos Olímpicos.
Fuente: Diario La Capital
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