Lo aseguró el secretario de
Derechos Humanos, Guido Carlotto, en el marco del Día contra el Trabajo
Infantil que auspicia la Organización Internacional de Trabajo, bajo el
lema “Derechos Humanos y Justicia Social”. “La inversión social es un
instrumento insoslayable para la reconstrucción del tejido social”,
añadió.
El 12 de junio del
2002 marcó la primera realización del Día Mundial contra el Trabajo
Infantil, patrocinado por la Organización Internacional del Trabajo
(OIT). Desde su primera celebración, se ha convertido en una oportunidad
para reforzar y promover la voluntad política y el compromiso de los
gobiernos y de diferentes actores sociales con la erradicación del
trabajo infantil.
Los Convenios de la OIT buscan proteger a los niños de la exposición al
trabajo infantil. Estos convenios junto con otros instrumentos
internacionales relativos a los derechos del niño, de los trabajadores y
los derechos humanos, proporcionan un marco importante para la
legislación establecida por los gobiernos.
Al respecto, Carlotto sostuvo “la Argentina ha desarrollado un
instrumento fundamental para la lucha contra el trabajo infantil: la
Asignación Universal por Hijo”.
“El trabajo infantil encuentra en la AUH una barrera infranqueable. Es
una muestra de cómo atacar estos flagelos sociales: compromiso social,
decisión y voluntad política. Ahora es tiempo de redoblar esfuerzos para
seguir ampliando ciudadanía, para reparar derechos y crear nuevos”,
añadió el titular del organismo provincial.
“El mayor impacto de la AUH se observa en el Conurbano. La provincia de
Buenos Aires incorporó 100 mil pibes. En total, alrededor de 250 mil
nuevos alumnos se incorporaron al sistema escolar con la AUH.
Probablemente muchos de esos pibes seguirían en las márgenes y sometidos
al trabajo infantil sin la asignación”, destacó.
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