Si bien quedó demostrado que no hay mercurio en el agua que consumen los niños y niñas del jardín 937, a través de la Dirección de Gestión Ambiental se avanzó en esa medida. Se harán estudios de impacto ambiental en ese suelo
La situación que puso en alerta a la comunidad educativa del jardín 937, por la posibilidad de que hubiera mercurio en el agua que consumen a diario los niños y niñas, docentes y directivos que concurren al establecimiento, terminó en una falsa alarma. De todas maneras, desde el Municipio decidieron quitar el depósito de pilas que se encuentra en un terreno lindero y que -según se denunciaba- podría haber sido causante de contaminación. Más allá de eso, desde la Secretaría de Salud, en conjunto con otras áreas y la Universidad avanzarían en la toma de muestras para realizar un estudio de impacto ambiental.
Así lo dio a conocer Alejandro Ferro, secretario de Salud municipal, quien en primer lugar desechó de plano la posibilidad de una contaminación en el agua del jardín y anunció que el lunes comenzó a removerse el depósito de pilas que se emplaza en el terreno, situado en Alberti y Nasser. Para la tarea intervino la Dirección de Gestión Ambiental, que depende del Enosur, área que se ocupará de dar un tratamiento adecuado a las pilas arrojadas, para su disposición local.
Además, está previsto un estudio de impacto ambiental en el suelo del lugar, para tomar las medidas necesarias en caso de que se detecte alguna anomalía. Para ello intervendrían Salud, Gestión Ambiental y posiblemente representantes de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
“Haremos un estudio, lo creo prudente y pertinente, teniendo en cuenta que durante dos décadas se depositó este tipo de residuos en el lugar”, expresó el funcionario, que el lunes se reunió con directivos del jardín y este miércoles a las 9 mantuvo otro encuentro con directivos, docentes y padres, para explicar lo sucedido y evacuar cualquier duda.
Los cuestionamientos por el depósito de pilas llevan largo tiempo. En septiembre del año pasado, desde el radicalismo se había elevado un pedido de informes sobre el Programa de Disposición Final de Pilas Usadas, de acuerdo a la ordenanza 9096, que tiene casi 20 años.
La normativa establece que el Ejecutivo almacenará pilas eléctricas en desuso -recolectadas por entidades públicas y privadas- dentro de contenedores especialmente afectados y adaptados, ubicados a cubierto en el predio de disposición final de residuos sólidos urbanos o en algún inmueble destinado al efecto.
En ese momento, la edil Vilma Baragiola cuestionaba: “La estructura en la que se depositan esos desechos no cuenta con ninguna norma de seguridad y carece de cualquier tipo de mantenimiento, lo que ha originado desprendimientos de mampostería dentro del predio del jardín, resultando un riesgo potencial para los niños, docentes y personal auxiliar”.
AGUA POTABLE
Ferro dejó en claro que “la probabilidad de que exista agua contaminada por mercurio es del cero por ciento”, y explicó que el primer análisis que se dio a conocer no cumplió con el procedimiento indicado.
En este sentido, explicó que el primer análisis realizado en un instituto privado “no fue procesado de la forma que corresponde”. El resultado -de fines de mayo- había dado una cantidad de mercurio de 0,00592 miligramos por litro de mercurio, que para el Código Alimentario Argentino es una cifra “fuera de lo normal”.
El funcionario remarcó que se tomó la muestra de manera inadecuada. Pero el resultado impulsó de inmediato al Municipio a realizar un nuevo estudio, a través de la Gerencia de Calidad del Agua de Obras Sanitarias. Si bien se sabía de antemano que la posibilidad de contaminación era imposible -por tratarse de agua de red y no de pozo-, se realizaron otras dos muestras: una fue por parte de la entidad pública y la otra por el mismo instituto privado que había analizado el anterior muestreo, que llegó alterado a su examen. El resultado fue el mismo: no se llegó a detectar el límite más bajo de mercurio en agua, que es 0,0003 miligramos por litro. “Tiene que quedar claro que el agua no estuvo, no está ni estará nunca contaminada por mercurio”, remarcó Ferro.
Retoman las clases los alumnos del Jardín nº17
La Secretaría de Educación de la Municipalidad de General Pueyrredon informó por otro lado a la comunidad del Barrio San Carlos que se han solucionado los inconvenientes del Jardín Municipal N°17, ubicado en Ameghino 385, que le imposibilitaban dictar clases. Desde este miércoles, todas las actividades de la institución vuelven a efectuarse con normalidad.
Fuente Diario El Atlántico
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