Pacientes oncológicos, cardíacos, neurológicos, encontrarán en el centro, toda la infraestructura necesaria para su diagnóstico y tratamiento. También habrá odontología, otorrinolaringología, oftalmología, diagnóstico por imágenes e investigación.
El trabajo es intenso en el predio de Pehuajó y Gaboto, donde en menos de dos meses se espera que esté funcionando el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA), una de las obras más ambiciosas en materia de salud que tendrá la ciudad después de muchos años.
LA CAPITAL pudo recorrer los 6.500 metros cuadrados de instalaciones que se están terminando y que fueron diseñadas con el acento en la comodidad, eficiencia, calidez y calidad de la atención de los pacientes. La obra, financiada por el Gobierno nacional, tiene un costo aproximado de 35 millones de pesos, más 20 millones del equipamiento. El funcionamiento se sostendrá con un gran porcentaje de la contribución para la salud que se abona con la Tasa de Servicios Urbanos desde 2009.
Los doctores Alejandro Ferro y Alejandro Cristaldi, secretario y subsecretario de salud respectivamente, guiaron a este medio por cada una de las tres plantas (dos pisos y un subsuelo). Aseguraron que "el diseño es del arquitecto municipal Martín Rosales y comprende una visión de arquitectura sanitaria, teniendo en cuenta normas ISO, pero sin dejar de lado que sea un lugar ameno, luminoso, alegre, que deje de lado el gris que se asocia a los lugares de salud".
La señaléctica, diseñada por Leo Chiapa, es moderna y guía a los pacientes por los colores. "Cada área tiene su color y será uniforme, tanto en el CEMA como en el resto de las unidades del sistema de salud municipal" indicaron.
Así, la circulación de cada sector del edificio está pensada de manera que los pacientes puedan tener privacidad e independencia entre las áreas de pacientes sensibles a contagios, que no haya contacto entre los insumos, materiales y personal de las áreas sucia y limpia.
La proyección realizada por los funcionarios indica que durante el primer cuatrimestre de funcionamiento, el CEMA recibirá a unos 800 pacientes diarios, pero también realizará los análisis e informes radiográficos de otros 700 pacientes en promedio, que se realicen las prácticas en las distintas unidades sanitarias del sistema municipal de salud.
Para que el servicio no tenga fallas, está pensado que la mayor parte de los aparatos técnicos sea doble. "La idea es que siempre haya un aparato en uso mientras el otro se esteriliza y, además, que siempre haya un tercero, precintado, pero listo para utilizar en casi que se rompa alguno de los dos principales" aseguraron.
El llamado a consultorios o a las prácticas se realizará a través de pantallas planas, con el mismo software que utiliza el Hospital Italiano de Buenos Aires.
"El intendente nos pidió que los pacientes vean este lugar como propio, por eso va a haber un SUM para actividades con la comunidad, por eso no hay rejas ni estructuras que generen rechazo. Si habrá mucha seguridad para la gente, con 29 cámaras y una seguridad articulada entre el sistema público y privado" enumeraron los doctores Ferro y Cristaldi.
"Esta es una herramienta de fortalecimiento de las Unidades Sanitarias, dado que será un centro de derivación, es decir que aquí no va a haber demanda espontánea, los centros de referencia, seguirán siendo los centros de salud, nuestro eje es el paciente y aquí se va a dar una cobertura para el ciudadano de a pié, que hasta ahora no existía" destacaron.
Por eso, la clave es la "articulación", que va a ser "profunda" tanto entre el CEMA y los centros barriales, como también con los los hospitales provinciales de la ciudad y los ministerios de salud de la Provincia y la Nación.
Así también la articulación permitirá que sean las muestras, los estudios y los análisis los que viajen -sobre todo de manera virtual- y no que sean los pacientes los que tengan que trasladarse de un lado a otro para realizarse prácticas, ir a retirar los resultados y volver a la consulta.
"El paciente no tendrá que dar vueltas, se va a seguir sacando sangre o realizando la radiografía en el centro de su barrio y lo que va a llegar aquí es la muestra de sangre o la imagen y los resultados se devuelven al centro barrial, donde los recibe el paciente".
La eficiencia se busca desde la circulación virtual de la información de los pacientes, incluyendo las imágenes digitales, que ahorran el uso de productos químicos y también desde la construcción, dadas las estructuras exteriores de aluminio, que ahorrarán energía dado que aisla del calor del verano y el frío del invierno.
Por otra parte, tanto los consultorios como la áreas administrativas, tendrán pantalla y teclado, pero no CPU. "Habrá un gran servidor madre que va a guardar todo y con una clave el usuario podrá ingresar a su escritorio y trabajar, mientras el almacenamiento de toda la información será centralizado" explicaron.
La primera tanda del personal del CEMA comenzará a trabajar desde el primero de febrero, cuando se inicie la capacitación. La mayor parte del personal médico y técnico está contradada, como así también el total del personal administrativo.
Tanto Ferro como Cristaldi no pueden ocultar su ansiedad por ver a esa gran máquina en pleno funcionamiento. Será, para ellos un punto de quiebre. "Habremos completado una etapa, pero faltará poner todo a punto, que podrá hacerse resolviendo las cuestiones del día a día, analizando, estudiando, corrigiendo lo que haga falta" reconocieron.
El CEMA traerá un intenso movimiento a una zona que estaba bastante abandonada. Sin ir más lejos, para iniciar la construcción debieron abrir dos cuadras de la calle Pehuajó (la continuación de San Juan hacia el sur). Además, se van a abrir 200 metros más de esa calle y también varios sectores de Elcano y Gaboto. Por otra parte se realizará una comunicación del centro con la diagonal Canossa para optimizar la circulación por ese sector.
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