Juan Carlos Pallarols trajo a Mar del Plata el bastón que utilizará el próximo presidente de la Nación. En una entrevista con El Atlántico habló de la historia y la intimidad de su trabajo artesanal en una entrevista imperdible
La palabra “artista” no recae bien sobre cualquiera. El término no sólo exige profesionalismo y creatividad, sino además compromiso, dedicación y convicción. Ese es el caso de Juan Carlos Pallarols, un artista por naturaleza que desde 1983 al presente ha sido el encargado de diseñar y confeccionar cada uno de los bastones presidenciales. En el marco de su gira por todo el país, el orfebre estuvo en Mar del Plata para permitir que los vecinos de la ciudad participen del cincelado de la insignia que portará el próximo presidente de la Nación que, a su entender, volverá a ser Cristina Fernández de Kirchner.
Advierte que no es el mejor ni el más caro, pero sí “el más exclusivo”. De allí se desprende su protagonismo en la historia argentina y su reconocimiento a nivel nacional e internacional, con experiencia vinculada, por ejemplo, a la Realeza europea y al Papa Juan Pablo II.
La familia Pallarols es garantía de excelencia para cada pieza que sale de sus manos en un oficio transmitido de padres a hijos, desde hace 260 años. El artista se ha elevado a nivel internacional y se consagró en la Argentina como un símbolo de la Democracia desde que le imprimió hace casi 30 años un estilo criollo a cada bastón con la utilización de la plata frente al oro que se usaba anteriormente.
En una entrevista con El Atlántico, el artesano compartió parte de su historia, la intimidad de su trabajo y la pasión que siente frente a cada una de sus obras.
-¿Cómo viene la gira para cincelar el próximo bastón de mando presidencial?
-Realmente muy bien. Si Dios quiere vamos a ir a la Antártida y a las Malvinas. También estuvimos en Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Córdoba… Al día de hoy llevamos más de 50 lugares, pero me quedan por recorrer otras 50 ciudades más.
-¿Es el bastón por el que más manos de argentinos pasaron?
-He hecho giras muy grandes pero no tan intensas como esta. Esta es la primera vez que cuento con la colaboración del Ipes (Instituto de Promoción de la Economía Solidaria), que tiene lugares en todo el país. Eso me permite concentrarme en el trabajo y ellos hacen el resto, lo que facilita llegar a muchos más lugares.
-¿De qué manera participa la gente?
-Tomando el cincel y martillando. El cincel tiene las manitos del cooperativismo, como un homenaje a la gente de las cooperativas y las mutuales. Cada golpecito sobre el bastón, queda grabado. Ya participó más de un millón de personas y seguro vamos a llegar al doble de las que participaron del bastón anterior (700 mil), el que hoy tiene la Presidenta.
-¿Cómo fue esta nueva visita a Mar del Plata?
-Acá estuvimos en dos centros que tienen que ver con el Ipes, después estuvimos trabajando en la Peatonal San Martín, en la puerta del Hotel Provincial, en la Plaza del Agua… y realmente vino mucha gente. Y nos encontramos con casos donde nos ubicamos y se acercan más de 800 personas. También estuvimos en el Puerto y en Chapadmalal, porque Mar del Plata es muy grande y es lindo poder recorrer las distintas zonas.
-Es un orgullo y una gran posibilidad para todos…
-Es que el bastón es de la gente. El pueblo se lo entrega al presidente como símbolo del poder que va a ejercer durante los próximos cuatro años. Por eso es lógico que el pueblo participe. Es un hecho absolutamente democrático.
-¿Cómo fue la primera vez que te encargaron hacer un bastón presidencial?
-Bastante conflictiva porque fue en 1983. Cuando Alfonsín me llama me dice que no quería el bastón que le iban a ofrecer los militares y me dijo que quería usar mi bastón, sentí que era una responsabilidad muy grande y por supuesto un honor inmenso.
-¿Cómo viviste esa experiencia con Raúl Alfonsín?
-Fue la primera gran alegría porque me llamó a mi casa. Mi hija era chiquita en ese momento, atendió y me dijo: “Papá, te llama un señor que dice que es el presidente”. Levanté el teléfono y era Alfonsín. Tuvimos una charla y me recibió después. Eso me hizo sentir que lo que yo estaba haciendo era importante, porque en una agenda complicada que tiene un presidente de un país que salía de una dictadura, la primera entrevista que dio fue a Isabel Perón y la segunda me la dio a mí para agradecerme el bastón.
-¿Fuiste el encargado de crear la insignia para todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia?
-Absolutamente todos. Desde el '83 hasta ahora todos utilizaron este tipo de bastón, diseñado por mí, que en cada caso va modificándose un poquito. El que estamos haciendo ahora es levemente más corto y varía en pequeñas cosas. No está hecho con máquinas, es todo artesanal. Lo que trabaja es el cerebro, el lápiz y el diseño. Eso es lo que me hace famoso en el mundo. No soy el mejor ni el más caro, pero soy el más exclusivo. Porque lo importante no es el bastón, sino el que lo va a usar.
-A pesar de que el bastón se diseña antes de las elecciones, ¿influye que la presidencia sea ocupada por una mujer?
-El bastón no tiene cambios grandes más allá de que lo use un hombre o una mujer. Sólo pequeñas diferencias. Éste, por ejemplo, tiene una parte golpeada en la empuñadura y un martelado que son las manitos. Después el resto de la empuñadura, la vara y la puntera de acero son iguales.
- Cristina Fernández tiene la posibilidad de ser reelecta…
-Sería el primer caso de una mujer. Ménem tuvo dos bastones, Perón tuvo tres, Sáenz Peña también tuvo más de uno… pero el récord lo tiene Perón. Pero que sea una mujer no cambia las cosas. A mí me hace sumamente feliz que la gente pueda votar y que gane el que tenga que ganar. Yo creo que va a ganar Cristina, porque es lo que me dice la mayoría de la gente. Eso lo digo porque en el libro que llevo cuando la gente participa con el cincel, que es como una boca de urna, mencionan a Cristina más que a nadie. Cada persona que dio un golpecito, escribió en el libro. Y la gran mayoría habla bien de Cristina.
Los malabares de Néstor Kirchner
-¿Cómo recordás el acto de asunción de Néstor Kirhner con los inconvenientes que tuvo al agarrar el bastón de mando?
-Le atribuyeron al expresidente falta de seriedad, pero no fue así. La primera vez que se entregó el bastón en el Congreso fue esa. No estaba el jefe de Ceremonial. En el Congreso no es como era en la Rosada, donde había una mesita y estaba todo preparado, sino que la gente se amontonó más y al no estar el jefe de Ceremonial para dárselo a Duhalde, él lo agarró -sin saber- de un extremo y se lo dio de punta. Y Kirchner terminó haciendo un malabar, pero no hubo mala intensión o una falta de seriedad como dijeron algunos medios, sino producto de un desorden de ese día.
Fuente: Gonzalo Gobbi / Diario El Atlántico
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